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Doce maratones, una causa

El naviego Carlos Pedrosa se ha marcado este reto para ayudar a los niños con enfermedades raras

Carlos Pedrosa, durante la maratón que corrió en junio en Pamplona. EDP SAN FERMÍN MARATÓN / FERNANDO PIDAL

A Carlos Pedrosa se le había metido en la cabeza un reto deportivo, y una vez que se decidió a hacerlo quiso darle también un sentido social. El reto era el de completar doce maratones en doce meses y el sentido que le dio fue el de apoyar a la asociación "La casa de Aarón", que ayuda a niños con enfermedades raras. Hasta el momento ha completado diez veces la distancia de 42 kilómetros y 195 metros, y ya tiene programadas las dos pruebas con las que pondrá el colofón a esta aventura: en enero correrá en Murcia y en febrero en Castellón.

Este naviego, de 47 años, que reside desde hace 8 años en Illescas (Toledo), es un apasionado del deporte, y ha conseguido dedicar su vida a ello. Un atleta con todas las letras que en un principio se marcó el objetivo de hacer todas las maratones en menos de 3 horas, una exigencia que terminó por rebajar por el bien de sus piernas. "Al final tienes que hacer lo que te deje el cuerpo", reconoce el naviego en conversación telefónica con este periódico.

La aventura de Carlos comenzó el pasado mes de febrero en Sevilla, donde realizó un tiempo de 2 horas y 55 minutos. A la capital andaluza le siguieron Badajoz (2 horas y 58 minutos), Madrid (3 horas y 37 minutos) y Vitoria (3 horas). En junio, por si uno fuera poco, realizó dos maratones más: los de Laredo (2 horas y 56 minutos) y Pamplona (2 horas y 52 minutos). Y en julio, como no encontró ninguno en España, decidió completar la distancia del maratón por su cuenta. Con dos amigos que le acompañaron haciendo cada uno un medio maratón, y con la ayuda de un GPS, hizo su propia carrera en Illescas. A continuación llegó una parada obligatoria. "Me lesioné, estuve bastante tocado", reconoce. Y es que, explica Pedrosa, "para completar este reto hay que entrenar con cabeza y mantenerte para llegar hasta el final".

Su problema radica en que no puede parar de hacer deporte aunque quiera: "Tengo una escuela de triatlón y soy monitor deportivo en el Ayuntamiento de Illescas". A eso tiene que sumarle los entrenamientos específicos para correr las maratones al nivel que él lo hace, es decir, siempre en torno a las 3 horas, algo al alcance de pocos corredores amateurs.

La lesión le obligó a tomarse las cosas con más calma para concluir el reto. En los tres maratones que ha hecho estos últimos meses subió un poco sus marcas: en octubre en Alcalá de Henares (3 horas y 25 minutos), en noviembre en San Sebastián (3 horas y 11 minutos) y el pasado domingo, quince días después de correr en San Sebastián, hizo en 3 horas y 6 minutos el de Málaga.

Para Carlos este es "un reto personal" y su única pretensión es demostrarse que puede hacerlo y disfrutar con ello. Aún así, quiso darle a esta tarea un trasfondo social: "Me gusta que este esfuerzo sirva para algo" y darle un enfoque "solidario". Por eso, si logra hacer su duodécimo maratón en un año, donará lo que pueda a una asociación de Illescas que ayuda a los niños con enfermedades raras. Ayudarles será su mayor victoria.

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