En el día en que Luca Modric compartió con el madridismo su "Balón de Oro", Benzema logró un gol que evitó un nuevo sofoco al equipo de Santiago Solari. Como en Huesca, Carvajal salvó un sobre la línea de la portería de Courtois en el último minuto para amarrar tres puntos que mantienen al Madrid enganchado a la Liga. Fue un Madrid plano, sin confianza y lento en su juego, frente a un Rayo al que le bastó orden para instalar el nerviosismo en el Santiago Bernabéu.

Necesitaba el Madrid cerrar su 2018 liguero lanzando un mensaje de esperanza a la afición, pero demostró que no está para excesos. Y eso que el arranque no se le pudo poner mejor, cuando Lucas metió velocidad y visión de juego al desmarque de Benzema entre rivales. Su derechazo cruzado fue inalcanzable para Dimitrievski. Disponía el Madrid de una ocasión para dejar buen sabor de boca, pero le falta confianza. Permitió al Rayo creer por momentos en hacer daño, con una llegada de Embarba como falso 9 buscando espacios y un testarazo de Velázquez que acarició el poste.

Creció Kroos, demostrando que está recuperado de su problema de rodilla y adueñándose de un juego al que le faltó ritmo. Cuando el Rayo lo intentó dejó espacios y el miedo a ser castigado le frenó. Así apareció la mejor ocasión para Asensio, que perdonó un mano a mano. Volvió su intermitencia y el Madrid lo acusó en los últimos metros. El referente era Benzema, siempre con movimientos inteligentes y buscando al compañero. Dejó un balón al potente disparo de Kroos que repelió la madera.

No sentía peligro el Madrid ante un Rayo que añoraba a su referencia, Raúl de Tomás, víctima de la cláusula del miedo. Apenas un disparo lejano de un Marcelo muy corto de forma fue el pobre bagaje ofensivo. Y poco cambió en la reanudación. Detalles técnicos individuales, como el regate de Modric de tacón en carrera, despertaban a una afición que castigaba a Asensio, fallón en el pase atrás del croata que chutaba con potencia y se topaba con un valiente Dimitrievski. El Rayo creció con la entrada de Bebé. Isco ni calentó en la escenificación de un castigo de Solari. Vinicius fue el elegido para alegrar los últimos minutos, pero fue el Rayo el que puso la emoción con una doble ocasión en la que Álex Alegría y Velázquez se topaban con Courtois y Carvajal. La paciencia del madridismo se acabó. Bronca a un equipo que firmó su segundo triunfo por la mínima ante los dos últimos clasificados.