Quizás a largo plazo no sirva de mucho la victoria lograda por el Teslacard Gijón ante el Estela (62-71) por eso de que los cántabros no están llamados a ser uno de los rivales por la permanencia. Lo que sí es valioso es que el equipo de Galán supo reponerse de un mal tercer cuarto para lograr una sorpresa mayúscula en Santander, apoyado de un parcial final estratosférico de 2-28 para sumar su primer triunfo como visitante. El golpe moral para el equipo gijonés es muy valioso.

En un partido, sin bases natos, el Teslacard sacó adelante el partido y todo ello a pesar de la habitual desconexión que llegó en el tercer cuarto y que situó 17 puntos abajo a los de Galán. El Estela se confió y el Teslacard lo aprovechó para crecerse en un duelo en el que Prinsloo mejoró notablemente sus números del debut (1 punto y 2 rebotes) para firmar en Santander 15 puntos y 8 rebotes. El sudafricano estuvo apoyado por Swift y los minutos decisivos de Saúl Blanco.

Una de las grandes dudas que atesoraba el encuentro era el puesto de base. Galán eligió a Kimbrough, pero los mejores dígitos llegaron con Rubiera como '1', principalmente para frenar a Thomas. Más costosa fue la labor en la zona, en la que dominó el local Atewe, que llegó a capturar 9 rebotes en ataque. A pesar de ello, la igualdad predominó hasta el descanso. En el primer cuarto se llegaba con un apretado 19-18 y al descanso con 36-33. En estos primeros veinte minutos, el intercambio de canastas y errores fue constante.

Tras el descanso llegó la pájara del Teslacard. Una desconexión que le ha pasado factura durante muchos encuentros y en Santander siguió la misma línea. La falta de tensión defensiva gijonesa, permitió numerosas superioridades, con una preocupante dejadez, lo cual llevó el enfado de Nacho Galán. Estela se puso 60-43 y todo parecía perdido. A partir de ahí, cambió el partido.

Estela quizás cayó en la relajación y el Teslacard reaccionó para ir creciéndose con el paso de los minutos. Prinsloo dio el primer paso con un tapón y un posterior triple para cerrar el cuarto con 60-48. La remontada se antojaba dificultosa, pero gracias a la mayor intensidad defensiva del Círculo que tuvo fe en sus posibilidades. El triple de Rubiera metía el miedo en el cuerpo de los locales (62-57) y la realidad se confirmó con la igualada a falta de 3.30 minutos. El parcial aumentó y se lanzó hasta el 2-28 final para acabar con un resultado inesperado, pero que supone un gran aliento para los gijoneses de cara al futuro.