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"Es uno de los Mundiales más abiertos de los últimos años"

"Nuestro objetivo es quedar campeones porque, además, el título nos clasifica directamente para los Juegos de Tokio; quedarnos fuera de los de Río fue una experiencia dolorosísima"

Raúl Entrerríos lanza a puerta en un partido con la selección española. REUTERS

La selección española de balonmano, actual campeona de Europa, comenzará mañana (20.30 horas, Teledeporte) frente a Baréin su recorrido en el Campeonato del Mundo de Alemania y Dinamarca buscando su tercera estrella, tras las de 2005 y 2013. El título trae el premio añadido de la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio, la gran aspiración de los Hispanos y especialmente de su capitán, el asturiano Raúl Entrerríos, al que todavía le duele haber visto los de Río por la televisión. Raúl Entrerríos Rodríguez (Gijón, 12 de febrero de 1981) es uno de los pocos supervivientes de la generación de oro del balonmano español y, con 246 partidos, ya está en el tercer puesto del ranking de internacionalidades. Sólo tiene por delante a dos históricos porteros, David Barrufet (280) y José Javier Hombrados (262).

- ¿Esperaba llegar a estos números?

-Sólo escuchar esos nombres, auténticas leyendas del balonmano mundial, hace que me sienta orgulloso. Ni en los mejores sueños lo imaginaba. Quizás ahora todavía no lo valoro en su justa medida, pero cuando me retire será el momento de disfrutar.

- Está a punto de cumplir 38 años, pero sigue siendo un fijo tanto en su club como en la selección.

-Estamos haciendo una gran temporada en el Barça y, como tenemos una plantilla muy amplia, el entrenador puede distribuir los minutos entre todos los jugadores. Llevamos menos desgaste que otros años. Además, a mi cuerpo le va la marcha y no sé si es mejor parado o en movimiento.

- ¿Cómo lo consigue?

-Soy un privilegiado. Me cuido, sin volverme loco, y procuro llevar una vida saludable. Por ejemplo, a esta pretemporada llegué con cuatro kilos menos que con los que acabé la pasada. También hay que tener suerte para no sufrir lesiones importantes. Y ayuda mucho estar en un club como el Barça, con muchos medios y unos servicios médicos estupendos.

- ¿Cómo llega la selección al Mundial?

-Siempre con los pies en el suelo. La preparación nos ha servido para ir trabajando todos los aspectos, con la idea de entrar rápidamente en el campeonato. De momento tenemos que centrarnos en ganar a Baréin. No hemos tenido mucha suerte con el grupo porque nos tocaron rivales fortísimos, como Croacia, Islandia y Macedonia. Quizás esta última es la que cuenta con una plantilla más justa, pero el equipo inicial es muy competitivo.

- ¿Se puede hablar de un objetivo claro?

-No puede ser otro que ganar, no sólo por ser otra vez campeones del mundo, sino porque nos clasificaríamos directamente para los Juegos de Tokio. Quedarnos fuera de los de Río fue una experiencia dolorosísima. Soy optimista porque el seleccionador, Jordi Ribera, ha logrado consolidar un grupo muy fuerte, con pocos cambios y un trabajo muy constante. Es importante que los jugadores conozcamos el funcionamiento colectivo para que todo fluya.

- ¿Cuáles son sus favoritos?

-Es uno de los Mundiales más abiertos de los últimos años, con siete u ocho selecciones que pueden ganar. Aparte de nosotros, Francia, Alemania y Croacia, está Dinamarca, que juega en casa, y también Noruega y Suecia.

- Usted participó del primer título mundial, en 2005, pero una lesión de última hora le dejó fuera del de 2013.

-Aquello está casi olvidado. Me dolió en su momento, no sólo por quedarme fuera del equipo, sino porque me impidió disfrutar de un Mundial en casa. He jugado muchos campeonatos fuera de España y era una gran oportunidad. Pero así es el deporte. Quién me iba a decir que años después iba a ganar un Campeonato de Europa y, además levantar el trofeo como capitán.

- ¿El Europeo era una cuenta pendiente?

-Llevábamos unos cuantos años cerca, quedando cuartos, terceros, segundos. Fue una alegría inmensa para el grupo porque es muy complicado ganar un Europeo. Y, sobre todo, ganarlo como lo hicimos, identificados con unos valores y una forma de jugar.

- ¿Cómo lleva la capitanía?

-Con orgullo y, a la vez, como una gran responsabilidad. He aprendido de grandes capitanes como Barrufet, Garralda, Hombrados o mi hermano Alberto. Y ahora quiero transmitir todos esos valores que me enseñaron para que tengamos éxito. En la selección hay un grupo muy bueno de gente.

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