Javier Álvarez, el moscón que se encuentra en Perú corriendo el Dakar 2019, ya nota en sus propias carnes la extrema dureza de la prueba. "El físico empieza a pesar, ayer estuve 19 horas en la moto. Ahora empezaremos una etapa en la que no podemos acceder a los equipos de asistencia. Será muy dura", explicó ayer Álvarez a este periódico en comunicación desde el desierto de Perú, en un polideportivo casi en mitad de la nada donde pasó la noche. Al cierre de esta edición el piloto se encontraba completando la quinta etapa, una de las más duras del Dakar. "Me encuentro bien pese a la dureza y a la enorme exigencia. Sigo en la carrera, que es lo importante. Mi único objetivo es terminar, ir día a día, pensar en la siguiente etapa y asegurar las llegadas. Me tengo que exigir lo menos posible, que aún así es muchísimo". El británico Sam Sunderland (KTM) fue el vencedor de la quinta etapa, que se disputa entre Moquegua y Arequipa y tiene una distancia de casi 800 kilómetros. La jornada estuvo marcada por el retraso ed casi dos horas debido a la densa niebla que impedía la visibilidad y dificultada las condiciones de seguridad necesarias para la dura prueba.