El salto de José Alberto al banquillo del primer equipo no le ha sentado bien al filial del Sporting B. Tras el último partido de José Alberto en el Sporting B, el filial era quinto, empatado a puntos con la cuarta plaza, la última que da derecho a jugar el play-off. José Alberto logró 23 puntos en 13 partidos, una media de 1,76 por encuentro. La llegada de Isma Piñera al banquillo ha dejado al equipo en una situación de inestabilidad, con cinco derrotas y dos victorias en siete partidos, y con el play-off alejándose a seis puntos.

El pasado sábado el filial rojiblanco cayó 2-0 en su visita al Leioa, el rival que marcha en sexta posición justo por encima del Sporting B, y al que podría haber superado en la clasificación de haber ganado. Con Isma el balance es de 0,85 puntos por partido, con seis puntos logrados en siete partidos, y con un balance de goles desfavorable, seis a favor y diez en contra.

Si solo se contasen las últimas siete jornadas de Liga, las que lleva Isma en el banquillo, el Sporting B estaría en puestos de descenso, y solo el Arenas de Getxo (3 puntos), el Vitoria (5) y la Gimnástica de Torrelavega (5) llevarían menos puntos. En el lado contrario estarían Mirandés (17), Vetusta (14), Racing de Santander (14) y Barakaldo (14) como los mejores equipos de este tramo más reciente de competición.

Las claves del bajón del filial se deben al dominio de ambas aéreas. El Sporting B lleva encajados diez goles en siete partidos, los mismos que recibió con José Alberto en el doble de encuentros. Además, se pasaron de marcar 19 tantos en 13 partidos, una media de 1,46 por encuentro, a llevar solo 6, y promediar prácticamente la mitad.

Números inalcanzables. La mala racha no empaña, sin embargo, el año del filial, que tiene a tiro el play-off, pero también tiene la losa encima de la comparación de hace un año, con la gran temporada que culminó con la disputa de la promoción. La temporada pasada, a estas mismas alturas, el Sporting B era segundo con 42 puntos, 13 más que ahora, y a un punto solo del líder Mirandés. Aquel equipo llevaba 39 goles, 14 más que ahora, y una regularidad que ahora no encuentra.