Pablo Carreño demostró en la madrugada del sábado que, poco a poco, se acerca al nivel de 2017, el que le permitió colarse entre los diez mejores tenistas del mundo. Con buen juego y mejor actitud, se clasifició para los octavos de final del Abierto de Australia tras ganar en cuatro sets al italiano Fabio Fognini, al que le tiene tomada la medida: seis victorias en seis partidos.

A diferencia de los anteriores, el de Melbourne se jugó al mejor de cinco sets, pero nada cambió. Frente a la consistencia de Carreño, los habituales arrebatos de Fognini: el italiano conectó más golpes ganadores (40 por 26), pero se disparó en errores no forzados: 58 por 26 de Carreño. Ahí y en la efectividad del segundo servicio estuvo la clave del resultado. Mientras que con los primeros anduvieron parejos (70-64 para Fognini), el gijonés sacó mucho más partido a los segundos: 50 por 21.

"Desde que superé el apuro de la primera ronda mi juego ha sido más fluido. Empecé muy fuerte, sacando muy bien y controlando la situación en gran parte del partido", explicó Carreño, quien valoró su firmeza ante los intentos de Fognini de distraerlo. Sobre Nishikori (cabeza de serie número 9), el gijonés señaló: "No tiene tanta calidad como Fognini, pero está todo el rato metido en el partido".

Garbiñe Muguruza también se clasificó para octavos tras imponerse a la suiza Timea Bacsinszky por 7-6 (5) y 6-2). Su siguiente rival, la checa Carolina Pliskova, a la que entrena Conchita Martínez.