Casi con la semana agotada, desde Bilbao llegaban noticias de una nueva gesta de un club, el Oviedo Baloncesto, que reserva algún bombazo para cada temporada. Si hubiese sido susceptible de estar incluido en la parrilla de una casa de apuestas, su victoria en Miribilla podría haber movido miles de euros. Tiene mucho mérito el recorrido del equipo dirigido por Javi Rodríguez, pero lo de ayer entra casi en el terreno de lo milagroso: con una plantilla cosida por alfileres y ante el rival con más galones de la categoría, el Oviedo dio un golpe de efecto que aventura fuertes emociones en lo que queda de campaña.