El tenista asturiano Pablo Carreño, eliminado en octavos de final del Abierto de Australia por el japonés Kei Nishikori tras cinco horas y cinco minutos, se expone a una sanción de la Federación Internacional de Tenis tras insultar al juez de silla, el australiano Thomas Sweeney, al que se negó a saludar al finalizar un épico partido en la madrugada de Melbourne: 6-7 (8), 4-6, 7-6 (4), 6-4 y 7-6 (8).

Tras un intenso partido plagado de alternativas, Carreño (cabeza de serie número 23 del torneo) y Nishikori (número 8) tuvieron que jugarse el pase a cuartos de final en una "muerte súbita" a diez puntos en el quinto set, novedad este año en el Grand Slam australiano. El gijonés fue siempre por delante en el marcador y se situó a dos puntos de la victoria (8-5) cuando llegó la jugada que desató su furia. Un juez de línea cantó como mala una bola de Carreño tras tocar la red, que quedó fácil para Nishikori, que siguió la jugada y ganó el punto. Carreño pidió el "ojo de halcón", que demostró que su pelota había botado en la línea, pero el juez de silla concedió el punto al japonés (8-6).

Las protestas de Carreño fueron inútiles y a partir de ahí Nishikori encadenó cuatro puntos seguidos que le permitieron clasificarse para los cuartos de final, en los que se medirá al ganador del partido entre el número uno del mundo, Novak Djokovic, y el ruso Medvedev.

En la conferencia de prensa posterior, un apesadumbrado Pablo Carreño se disculpó por su comportamiento: "Después de cinco sets y de cinco horas de partido, no fue la manera más correcta de abandonar el torneo. Pido perdón porque éste no suele ser mi comportamiento". Tras dirigirse a Sweeney, aún en la pista, Carreño arrojó su bolsa violentamente al suelo y las cámaras del pasillo hacia los vestuarios también captaron sus gestos de enfado por lo que había ocurrido.

Con esta derrota, Carreño iguala su resultado del año pasado en Australia, cuando cayó eliminado en octavos por el croata Marin Cilic.