"Aseguraros que Pablo Carreño es el jugador que ha estado en la pista durante cinco horas y no los últimos cinco segundos". Así, en su cuenta de Twitter, resumía Pablo Carreño lo que había vivido en una noche de Melbourne difícil de olvidar. El gijonés se batió como un grande durante cinco sets y más de cinco horas contra Kei Nishikori (cabeza de serie número 8), pero una decisión arbitral cuando dominaba por 8-5 en el "supertiebreak" del quinto le descentró, hasta ceder cuatro puntos consecutivos, y olvidó la deportividad que le caracteriza: no saludó al juez de silla, le insultó y, antes de abandonar la pista, arrojó con violencia su voluminosa bolsa contra el suelo.

"Intenté abandonar lo más rápidamente posible la pista porque perdí la cabeza", explicó un apesadumbrado Carreño en rueda de prensa, hundido y consciente de la mala imagen que había dado, pero incidiendo en el error del juez de silla. Así lo ven también extenistas como Jordi Arrese o el asturiano Juan Avendaño, que valoró la jugada: "En el momento en que el juez de línea o de silla interviene, se para el juego". Eso fue lo que ocurrió cuando una bola de Carreño, tras tocar en la cinta, pasó al otro lado de la red y el línea cantó "out". Con todo a su favor, Nishikori siguió la jugada y remató el punto, pero Carreño solicitó el "Ojo de Halcón", que demostró que era buena.

Avendaño también destaca la contradicción del juez de silla, el australiano Thomas Sweeney, al permitir la revisión cuando ya tenía decidido conceder el punto a Nishikori. Según Carreño, también el supervisor del torneo tiene su responsabilidad: "Está claro que el árbitro es el que toma las decisiones, pero cuando el error es tan grande debería de intervenir el supervisor".

"Sé que es de muy mala leche que la canten erróneamente fuera cuando la tienes tan fácil, pero se tiene que repetir el punto. No comprendo por qué me dejó pedir el ojo de halcón si tenía tan claro que no se repetiría. No tiene sentido. Después de cinco horas de un gran partido he salido de la peor forma posible. Desafortunadamente cometí un error, pero la gente que me conoce sabe que no soy así". En su explosión de rabia, Carreño lanzó insultos a Sweeney, por lo que se expone a una sanción económica del supervisor de la Asociación de Tenistas Profesionales.

En el apartado positivo, Carreño demostró que ha vuelto al nivel de tenis de 2017, el que le permitió colarse entre los diez mejores del mundo. Ganó los dos primeros sets y fue capaz de forzar el tie-break en el quinto, cuando Nishikori sacaba para ganar el partido con 5-3. Pero no fue suficiente.