Charles Chaplin, Don Quijote, Jack Sparrow, Elvis Presley, Fígaro... Cualquier personaje que interprete, no importan sus singularidades, le sirve a Javier Fernández para dejar en el vestuario al chico tímido que apenas levanta la voz, con la mirada esquiva detrás de las gafas, y transmutarse en un coloso capaz de volar sobre el hielo en cuanto se calza los patines.

La medalla de oro conseguida ayer en Minsk, la séptima consecutiva en un campeonato de Europa, consolida a este madrileño de 27 años como uno de los mejores de la historia. Con dos títulos mundiales en la mochila, siete europeos, la medalla de bronce olímpica, innumerables triunfos en el Grand Prix y ocho campeonatos de España, Fernández cerró ayer de la mejor manera posible su increíble carrera.