El derbi femenino en Mareo se vivió con mucha tensión en el campo y en los banquillos. En los minutos finales de partido hubo algunas disputas entre los dos cuerpo técnicos, con insultos mezclados fruto de la habitual competitividad entre los dos equipos. Sin embargo cuando la colegiada pitó el final los dos entrenadores, Riki Alonso y Pedro Arboleya, ejemplificaron la deportividad con un apretón de manos y quitaron hierro al asunto. El entrenador azul, de hecho, fue el primero en salir corriendo a atender a la rojiblanca Neider cuando pidió el cambio: "Una lesión está por encima de todo, el resto son roces de un partido que deben de quedar ahí y nada más", dijo Arboleya, que apuntó que "en la primera parte fuimos poco precisas y en la segunda somos superiores".

Riki Alonso, técnico rojiblanco, se mostró orgulloso de sus jugadoras "el equipo está reforzado jugando así. No fue un resultado escandaloso ni una apisonadora", apuntó Alonso, que quitó importancia a las piquillas con su homólogo azul: "Somos todos amigos".