El Langreo aguantó el chaparrón inicial de un Logroñés dominador y valiente. Tuvo capacidad para voltear el dominio pasados los veinte minutos. Marcó un gol, anulado por falta en primera instancia en el remate de Nespral. Gozó de un poste, obra de otra vez Nespral. Supo sufrir para irse al descanso con el empate inicial gracias a una primorosa intervención de Adrián Torre sobre Ñoño en el tiempo añadido del primer tiempo. Ambicionó el triunfo en la segunda mitad, a tenor de los movimientos introducidos por Hernán Pérez, con Riki y David González. Tuvo la oportunidad para adelantarse, pero Miguel, extraordinario, sacó una mano prodigiosa. Y en la siguiente jugada, ya en el minuto 87, Olaetxea, que reaparecía después de dos meses, marcaba de cabeza en una falta lateral. Es el fútbol. Muchas veces da igual cómo juegues, lo que hagas. Esa pizca de fortuna y te vas con una sonrisa o con la cara de haber desperdiciado una gran oportunidad. Porque este Langreo demostró en Las Gaunas que su temporada no es fruto del azar. Los locales imprimieron un ritmo altísimo. Llegaban por dentro y por fuera. El Langreo temporizaba. No le quedaba otra. En esos algo más de quince minutos, el conjunto riojano estaba siendo muy superior. Generó para marcar, pero Adrián Torre estuvo firme, al igual que la zaga asturiana. Con el paso de los minutos, la ambición local se fue frenando. Quizá porque el Langreo cogió oxígeno con la pelota. No sólo eso, amenazó y de manera real. Cuello marcó al recoger un rechace en un remate de Nespral, que obtuvo una respuesta maravillosa de Miguel. El lateral celebraba el tanto, pero hubo falta porque fuera de juego no existió.

Los riojanos estaban nerviosos. Nespral, presente en casi todas las acciones ofensivas, se topó con el poste antes de la media hora y el duelo se equilibró.

Comenzaba el segundo tiempo con un Langreo que quiso ir a por el partido. Riki entraba por Samba y el centrocampista le dio más control y pausa al juego ofensivo. Previamente, Marcos André remató de cabeza con todo a favor, pero sin dirigir bien el testarazo. El caso es que Nespral tuvo el infortunio de encontrarse con un soberbio Miguel.

Al Langreo le costaba salir, pero no estaba siendo agobiado en exceso. El empate, como mal menor, se veía cerca para los visitantes. David González pudo decantar el partido para los asturianos, pero se encontró con la mano de Miguel y el Langreo vio como se les escapaba el punto en el minuto 87 cuando Olaetxea peinaba de cabeza una falta lateral sacada casi desde el banquillo local. El Langreo mereció más.