Es difícil de entender que en una liga como la LEB Oro, en la que una de las novedades esta temporada ha sido la inclusión de un tercer colegiado, bien lo saben los clubes que lo tienen que pagar, un equipo pueda ser tan perjudicado como ayer lo fue el Liberbank Oviedo Baloncesto ante el Ourense. A 2.40 del final, con el Oviedo cinco puntos arriba (74-69), Geks roba un balón y sale a toda velocidad hacia la canasta contraria, siendo frenado con varias faltas evidentes por un rival. Solo eso estaba sucediendo en la pista en ese momento y no había duda ni de que era falta personal ni de que debía haber sido sancionada como antideportiva. Los colegiados no pitaron absolutamente nada y, a continuación, en el otro aro sí que señalaron como antideportiva una falta, contundente, de Spieth. La segunda de esta naturaleza que le pitaban, por lo que fue excluido.

A partir de ahí le echaron bravura y talento los gallegos para darle la vuelta al partido, con un gran triple sobre la bocina (los colegiados debieron consultar a la mesa y ésta les dijo que estaba dentro de tiempo) del uruguayo Santiago Vidal. Al equipo local le faltó serenidad en los últimos instantes y no tomó las mejores decisiones, permitiendo a Zamora un triple para empatar (78-78) a 35 segundos del final que debía haberse defendido mejor. Pero, si de errores se habla, el que cometieron los colegiados es enorme, decisivo e incomprensible. El Liberbank consiguió al menos salvar el basket-average con Ourense (ganaron 67-74 en la ida).

Al margen de la lamentable actuación de los colegiados, todo lo demás fue una fiesta del baloncesto en la que comparecieron dos grandes equipos que brillaron a un nivel excepcional. Un Oviedo al que le faltó regularidad en varios momentos del encuentro para mantener las rentas que fueron cogiendo y un Ourense que no se rindió y que demostró que va a ser un equipo muy a tener en cuenta esta temporada, con jugadores de un nivel excepcional como el pívot Davis Rozitis o el alero Jhornan Zamora, y dirigidos por un gran entrenador, como es Gonzalo García de Vitoria.

El partido empezó igualado, con un Ourense que se sintió cómodo y que supo castigar la defensa de los ovetenses. El 21-24 del primer parcial hablaba de un equipo local que estaba recibiendo más puntos de lo habitual para ellos. Se puso el mono de trabajo Oviedo en el segundo cuarto para dar un auténtico clínic de baloncesto, con buenas defensas, moviendo bien el balón y con un enorme acierto exterior. Encadenaron cinco acciones que acabaron con triples de Geks (3), Rosa, y Ahonen para poner a los locales dieciséis arriba (44-28) a 4.09 del descanso. Ahí perdió una gran oportunidad el Oviedo para sentenciar el encuentro, para irse a vestuarios con una renta holgada. Pero varias acciones desafortunadas, entre ellas la primera antideportiva de Spieth, que debutaba en Pumarín, dejaron el partido en 46-43 al descanso.

En el tercer cuarto empezó un partido nuevo en el que la igualdad ya fue difícil de romper. La renta era de un puto a favor de Ourense (65-66) cuando solo faltaba el último combate. Era momento de apretar los dientes y el Oviedo tiró de un gran Jakstas en ataque y de una zona en defensa para conseguir una renta de cinco puntos a tres minutos del final. Una diferencia que debía haber sido suficiente, sobre todo después del gran robo en defensa de Geks, pero entre unos que no quisieron ver lo evidente y otros que supieron aprovechar su ocasión, la victoria se fue para Ourense.