El fallecimiento repentino de Rafael Cortina Hevia, "Falo", el padre del jugador del Vetusta Edu Cortina, condicionó ayer al filial azul en Lezama, que cayó goleado ante el Athletic B. Cortina se enteró en el País Vasco en la noticia y causó baja en la convocatoria.

Los vascos fueron superiores en un ambiente de claro bajón en las filas azules. El Vetusta sólo mantuvo el tipo en algunos minutos de la primera mitad, y luego se vieron desbordados por el filial rojiblanco. La cuarta derrota en cinco partidos de los asturianos les aleja de los puestos de privilegio.

Los locales llevaron la iniciativa desde el primer minuto y pronto abrirían el marcador. Asier Benito, en el primer palo, se anticipaba de cabeza a la zaga del Vetusta y Lucas Díaz cedía el primer saque de esquina de la contienda. A balón parado se repetía la jugada, y el envío al primer poste ahora sí lo marcaba con la testa Benito. Tras el tanto, el Vetusta quiso coger la pelota. Una pared al borde del área entre Ernesto y Steven la transformaba este último con un disparo colocado y a media altura que el meta vasco tocaba, pero no podía evitar que se colara en su meta. La alegría por el empate dio alas a un Vetusta que se veía con posibilidades, y el lateral Jorge Mier se plantó en solitario ante el portero bilbaíno tres minutos después. Pero éste le adivinó la intención.

El Vetusta se volcó en el ataque, pero dejó espacios. Esto lo aprovecharon los de Solabarrieta para jugar como les gusta, a dos toques y a correr en busca del área contraria. Así llegaría el nuevo tanto del omnipresente Benito. Posteriormente, el palo evitó el tercero de los bilbaínos. Sin embargo, Asier Benito asistió a Villalibre para hacer el tercero. Tras el paso por los vestuarios, Javi Rozada dio entrada a Marcelo para que se juntara con Jimmy, y así dar una mayor consistencia a los suyos e intentar frenar las embestidas rojiblancas. No lo consiguieron, ni tampoco lograban encontrar líneas de pase. En una de las muchas contras, llegó el cuarto, de penalti cometido por Ugarte sobre Íñigo Vicente. Lo transformó un excelso Asier Benito. Con todo perdido, los azules intentaron decorar el resultado, sin lograrlo en un día triste para Cortina y el oviedismo.