"Si antes tenía dudas si presentarme a la reelección como presidente del club, tras esta injusticia más todavía". Así de contundente se mostraba Miguel Marcos, presidente del Lenense-Prionastur, tras la clausura del Apptelo Sotón durante un partido "por incidentes graves con el público" durante el encuentro del pasado domingo entre los verdiblancos y el Ribadesella. Una sanción que ha mantenido el Comité de Competición pese al recurso presentado por la entidad de Pola de Lena.
Este castigo llega después que el colegiado Pablo Onís Prieto expusiera en el acta del partido que durante la retirada a los vestuarios uno de los jueces de línea fue agredido. El máximo mandatorio de los lenenses se mostraba indignado pero, sobre todo, "muy preocupado por la imagen que se pueda proyectar del club, pues llevamos diez años en la directiva y nunca había pasado nada. Es más, en cuatro años nos hemos llevado el precio a la deportividad, lo que demuestra nuestro comportamiento intachable".
Marcos confesaba que "lo que más nos indigna es que esta sanción llegue tras mentiras, pues nadie agredió al asistente. Y es que el Comité ni tuvo en cuenta nuestra reclamación".
Dentro de su malestar, el presidente lenense quiere sacar el lado positivo. "Hemos recibido más de quince ofertas de equipos para utilizar su campo, lo que nos llena de orgullo", dice. El choque en el exilio se jugará, finalmente, en el Hermanos Antuña de Mieres el próximo 3 de marzo a las 12 horas ante el Turón.
