Incluso los entrenadores que se alejan de la etiqueta de defensivos, insisten en que en una categoría como la Segunda, tener unos sólidos cimientos es el primer paso para el éxito. La tesis no admite discusión ya que los números se encargan de recordar, temporada tras temporada, que los equipos menos batidos suelen merodear la zona noble de la tabla. El Oviedo de 2019, el que avanza con paso firme en el campeonato, está logrando un estilo definido que encuentra su sustento en un rendimiento defensivo mejorado.

Porque la endeblez defensiva había sido el principal quebradero de cabeza de Anquela desde el comienzo de la temporada. El Oviedo se desangraba en su área. Aunque los números de tiros en contra y llegadas del rival no eran alarmantes, sí quedaba la sensación de que el equipo exigía muy poco a los contrarios para acertar con la meta carbayona. Con más de un gol de media en contra por partido, el equipo navegaba en la zona tibia, alejado de su objetivo natural.

El cambio a 2019 le ha sentado de fábula a los azules. El primer paso en la mejora pasa por la defensa. En los 8 partidos que se han disputado este año, Champagne ha acabado con la meta impoluta en cuatro de ellos. Las victorias ante Tenerife (1-0), Extremadura (0-2) y Alcorcón (1-0) y el empate de Albacete (0-0) sirven para elevar a 9 los choques en los que los de Anquela acabaron con la puerta a cero.

El equipo más fuerte en esta faceta es el Málaga, que no ha recibido ningún tanto en 14 encuentros. Le siguen Alcorcón (13 ocasiones) y Granada y Deportivo (12 veces). El Oviedo ya se sitúa en el noveno puesto de esta estadística, su escalada en las últimas semanas es más que evidente. Además de los equipos ya citados, aún superan al Oviedo en número de ocasiones con la portería impoluta: Las Palmas (11 partidos) y Osasuna, Sporting y Mallorca (10). Los peores equipos de la categoría en este aspecto son el Nàstic y el Extremadura, que han acabado solo en 4 ocasiones sin recibir un tanto de los rivales.