En la Regional Femenina, el filial del Sporting y el filial del Oviedo Moderno imponen su ley. El segundo filial rojiblanco también es un equipo temible, aunque con jugadoras en edad cadete. Aún así, puntuar en Mareo suele ser todo un milagro para el resto de equipos que componen la categoría.

Un milagro que firmó este fin de semana el Femiastur. El conjunto de Christian de Diego y de Javier Berciano se plantó frente al Sporting C con solo 12 jugadoras de campo, una de ellas Nerea, una chica de solo 13 años de edad. Empezaron perdiendo y lograron remontar en la primera parte. Todo un hito a pesar del empate final a dos goles.

"Yo de todas las veces que he ido a Mareo siempre me he venido goleado, es todo un milagro", aseguró Berciano, uno de los preparadores del equipo. Lo cierto es que el Femiastur venía arrastrando muchas bajas. Tanto que incluso sus dos mayores especialistas a la hora de tirar los penaltis estaban de vacaciones.

La fortuna quiso que el árbitro del encuentro señalara una pena máxima a favor de las avilesinas. La resolvió Mery con pericia. "El encuentro fue nuestro en la segunda parte, y en los últimos diez minutos fue todo un correcalles. Pudo ganar cualquiera", resume el preparador.

En el banquillo del Femiastur se sentó Nerea González, una jugadora de apenas 13 años de edad. Al final, se quedó sin jugar sus primeros minutos en Mareo debido a la intensidad del choque contra el filial del Sporting. "Fue muy voluntariosa, es una chica que nunca falla, siempre está en cada entrenamiento. Es muy cumplidora", destacó Javier Berciano sobre la joven futbolista del Femiastur.

El Femiastur tuvo que ponerse las pilas desde el principio. El Sporting C logró el primer gol a los ocho minutos de partido. Las avilesinas tiraron de personalidad en la segunda parte y con el gol de Mery de penalti y la diana conseguida por Laura Díaz en el minuto 65 hicieron dar un vuelco al corazón de más de uno.

Al final, el Sporting empató, pero para un equipo tan tierno con el Femiastur lograr puntuar en Mareo es toda una heroicidad que demuestra la buena base en el equipo avilesino.