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Entre balones y bombones

Raquel Álvarez, guardameta del Liberbank Gijón, compagina su faceta deportiva con la de confitera en el negocio familiar

Raquel Álvarez, en una de las porterías del pabellón de La Arena. JUAN PLAZA

La vida de Raquel Álvarez ha transcurrido entre bombones, la especialidad de La Fe, la confitería familiar, y balones, más concretamente de balonmano, deporte que la llevó a jugar en alguno de los mejores clubes europeos y ahora a defender la portería del Liberbank Gijón. En España jugar al balonmano, en especial siendo mujer, no da para vivir, así que Raquel se ve obligada a compaginar el estar en la máxima categoría con atender el negocio familiar, que, tras el fallecimiento de su padre, recae en ella y en su hermano Pelayo. Muchas horas antes de ponerse la camiseta del equipo para entrenar, Raquel se enfunda otro uniforme, el de confitera, para meterse en el obrador de su confitería e iniciar una larga jornada que se inicia de madrugada en el negocio familiar y finaliza por la noche en el pabellón de La Arena, donde entrena su equipo.

"A las siete de la mañana ya estoy en pie, los fines de semana incluso antes", explica Raquel, que aclara que "el horario es muy relativo, el negocio es nuestro y las horas que le echamos depende mucho de la época del año y el trabajo que haya. El obrador cierra al mediodía, pero muchas tardes también vengo".

Raquel se crió prácticamente en el obrador y la confitería, aunque "prefiero el obrador. Atender al público se lo dejo a mi hermano". La pastelería es "algo que mamé desde pequeña y que me gusta, sino no lo haría", asegura. En su mente siempre estuvo dedicarse a esto: "Me formé, he estudiado Nutrición y Dietética e hice cursos de pastelería, pero al final lo que realmente te sirve es el día a día en el obrador". Aunque hace de todo, le encanta "trabajar con el chocolate" y señala "la época de Navidad como la de mayor trabajo de todo el año. Es un mes y medio que es una locura". Su experiencia le ha llevado a asegurar que "en Gijón somos muy llambiones, y a nosotros nos viene muy bien, claro". Ella no es la única de la plantilla que trabaja, también lo hacen a jornada completa Raquel Caño y Aida Palicio, y algunas otras compañeras más a tiempo parcial.

El nivel deportivo de Raquel le llevó a jugar en distintos clubes en Europa, equipos con los que disputó competiciones continentales. La enfermedad de su padre, Miguel Álvarez, expresidente del club, motivó su vuelta a España para cuidarle y para junto a su hermano hacerse cargo del negocio familiar. Esta temporada decidió volver a jugar y lo hizo en el equipo de su ciudad y del que desde hace unos meses su hermano Pelayo es el presidente. "El balonmano es algo que también me gusta mucho, mientras pueda competir lo voy a seguir haciendo. He jugado lo que he querido y quiero seguir haciéndolo mientras pueda. Tengo muy claro que lo que no voy a hacer es ir arrastrándome por las canchas, pero físicamente estoy muy bien". Al igual que sucede con la pastelería, sobre el balonmano opina lo mismo: "Es algo que me gusta, disfruto entrenando y jugando, si no ya no lo haría".

Su equipo, el Liberbank Gijón, se encuentra en un buen momento de forma, lleva cuatro victorias y un empate en las últimas cinco jornadas, lo que le ha llevado a ser cuarto a un punto del tercero, Elche, al que recibirán la próxima semana en el pabellón de La Arena. "Estamos en un momento ascendente", asegura la portera, que reconoce que "nos marcó el parón de final de año, perdimos ritmo de juego y luego os costó arrancar". Ahora el equipo tomó velocidad de crucero y lucha por la victoria en todos los partidos. "Tenemos confianza, estamos bien en defensa y somos más eficaces en ataque que antes", manifiesta. La Liga está muy apretada y puede suceder de todo, pero Raquel cree que "lucharemos con el Elche por la tercera plaza". Los dos primeros, Rocasa y Bera Bera, han cogido ventaja, pero tienen que enfrentarse entre ellos y los dos jugar contra el Liberbank. "Está claro que no dependemos de nosotras, tienen que fallar ellos, pero la Liga está muy igualada", dice.

Este año el equipo gijonés tiene que defender el título de Copa de la Reina. "Iremos a muerte, aunque los rivales ya nos conocen y será más complicado sorprenderles", reconoce Raquel, que augura una "Copa muy igualada y reñida, no habrá ningún partido fácil". Mientras prepara la Liga y la Copa continuará madrugando para meterse en el obrador y seguir endulzando la vida a sus clientes. La suya es una vida que transcurre entre bombones y balones.

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