Ariane Toro se proclamó el pasado fin de semana campeona de España junior, en la categoría de menos de 52 kilos, sin haber competido en categoría cadete, la que le corresponde por edad. Lo hizo una semana y media más tarde haberse alzado con el oro en la Copa de Europa de Málaga.
Aunque por sí solo el éxito de la judoka del Judo Avilés valdría, en realidad solo es una pequeña parte de la gran temporada deportiva que están realizando las mujeres, que representan el 40 por ciento de los deportistas de esta entidad.
Lo tiene bien claro Carlos Fernández, uno de los entrenadores del equipo. "Gracias a las mujeres estamos viviendo una de las mejores etapas del club. Quizás la mejor desde hace década y media. Estamos ante una nueva edad de oro del judo femenino en Avilés", sentencia.
Lo dice porque en lo que va de temporada, desde que se celebró el Villa de Avilés, allá por el mes de septiembre, el conjunto avilesino no para de coleccionar metales. En pocos meses, el Judo Avilés ha triunfado en diferentes campeonatos, celebrados en Vigo, Salamanca y Tenerife.
"Históricamente en el club las mujeres siempre fueron al alza. Suelen ser más perseverantes a la hora de entrenar y también en la disciplina de combate", concreta el técnico. "En eso también influye la especial relación que se ha tejido entre ellas. Generacionalmente hay diferencia, pero entre ellas se llevan muy bien, se ayudan mucho", añade.
Lo confirma Elisa Fernández, otra joven judoka en edad cadete, que en el campeonato de España de Alcalá de Henares, en Madrid, del pasado fin de semana, logró una medalla de bronce en la categoría de menos de 48 kilos. "Hasta ahora, el campeonato de España junior es lo más importante que he ganado. La relación entre nosotras es buena, nos ayudamos en todo lo que podemos, no solo en el tatami, sino también fuera de él", explica la joven Elisa Fernández.
Lo cierto es que en el Judo Avilés la mujer tiene un papel preponderante. No es para menos porque desde hace temporada y media entre sus filas se encuentra Yolanda Soler, que cronológicamente es la cuarta medallista olímpica española, con un bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996.
"Ella pertenece a una generación que rompió estereotipos. Fueron las que demostraron que no había nada imposible y que el deporte femenino podía estar al mismo nivel que al masculino", concreta Carlos Fernández, que dirige a un equipo femenino que no solo logra éxitos individuales, sino que en la Liga fue tercero y se proclamó recientemente campeón de la Copa.
Si ahora, en su apartado femenino, el Judo Avilés vive un gran momento, tampoco conviene olvidar el pasado. Del tatami local han salido grandes exponentes nacionales como Andrea Romo, quinta de Europa en 2008, o la internacional Tania Alonso, entre muchas otras. El nexo entre esa generación gloriosa y la actual es ahora Andrea Barreiro, la única senior del club. "Ella ha transmitido ese carácter de perseverar", manifesta Fernández.
"El judo puede romper barreras. Te ayuda a decirle no a un novio que no te permite entrenar y a otras discriminaciones sexistas", añade el técnico de una generación de mujeres que mandan en el tatami.
