A Alejandro González le apodan "Manza" o "Manzaneda", por el conocido restaurante de su padre en la localidad gozoniega del mismo nombre. Tiene 17 años. Es el capitán del juvenil del Avilés, que este año aspira al ascenso a División de Honor. También es un central con mucho coco, porque, gracias a sus buenas calificaciones en el instituto de Luanco, aspira a estudiar y jugar al fútbol el año que viene en Estados Unidos. "No soy ninguna estrella, solo una persona trabajadora", matiza el jugador de 17 años.
El equipo juvenil es la buena noticia de la temporada del Avilés. Marcha tercero en la tabla, con 52 puntos. Por delante, tiene a los filiales del Sporting y del Oviedo, que no pueden ascender, por lo que se encuentra en franquía para colarse en la máxima categoría juvenil la temporada que viene.
Esta buena campaña del grupo que dirige Nacho Azpiazu ya ha llamado la atención de otros equipos. Siguen al conjunto avilesino el Racing de Santander y el Lugo. "Es habitual ver muchas cámaras en nuestros partidos", reconoce Manza, que al menos en su caso, no ha recibido ninguna oferta.
Él, sin descuidar su gran pasión futbolística, está centradísimo en sus estudios. Sus buenas notas y su buen nivel de inglés le valen para tener muchas posibilidades para cursar Relaciones Internacionales el año que viene en Estados Unidos.
Su objetivo es la Universidad Seton Hall, en el estado de New Jersey. Sabrá esta primavera si tiene plaza, tras haber realizado dos exámenes previos. "Quiero hacer algo orientado a la diplomacia. Si lo consigo, está claro de que será un éxito", reconoce la joven perla, que antes pasó por el Navarro y por el Marino de Luanco.
Mientras se concreta esta opción, Alejandro González quiere seguir disfrutando del juvenil del Avilés. "Tenemos un gran grupo, pero también un gran entrenador", reconoce el central, que junto a otras futuras promesas del Avilés, aspira a colocar al juvenil en la máxima categoría nacional, la División de Honor.
