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El Oviedo se exhibe en Pumarín

El Liberbank pasa por encima de un flojo Barça B en un partido que relanza las aspiraciones del equipo de Javi Rodríguez en la recta final de la temporada

Joey van Zegeren machaca ayer en Pumarín ante Jaime Fernández, con Jakstas a la derecha. MIKI LÓPEZ

El Liberbank Oviedo completó una noche fantástica pasando por encima de un débil Barcelona B y demostrando que llega a la recta final de la temporada en un gran estado de forma. Por si fuera poco, los dos fichajes que ha realizado, Spieth y Douvier, cuajaron un grandísimo partido demostrando que pueden aportar muchísimo a este equipo. Una noche feliz en la que solo faltó que participará Víctor Pérez. El capitán, lesionado, ha cumplido 600 partidos en ligas FEB y ayer recibió toneladas de cariño de una afición que le adora por lo que representa para este club y por las muchísimas cosas que le ha entregado. Sin jugar, se llevó el MVP del partido.

El resultado final sorprende en un partido que comenzó equilibrado. El primer cuarto fue de los que no gustan demasiado a los entrenadores, con mucha facilidad para anotar en las dos canastas y algo descafeinado. El filial azulgrana tiraba en ataque de sus dos jugadores más talentosos, Aleix Font y Bolmaro, mientras que en Oviedo la anotación se repartía, con Sergio Llorente (6) y Ahonen (6) algo más enchufados que el resto. Aun así, hubo para casi todos tras el 24-19 con el que concluyó el primer parcial.

En el segundo, las cosas no parecía que fueran a cambiar demasiado. El partido era de baja intensidad, con un Oviedo que llevaba la iniciativa en el marcador pero que no terminaba de coger distancias. Pero fueron curiosamente los dos últimos fichajes, Steven Spieth y Bryce Douvier, los que dieron un paso adelante y a ellos se enganchó el resto del equipo para ir rompiendo el choque. Y en cuanto Ahonen destapó el tarro de las esencias y el acierto llegó, la resistencia del filial se acabó. En un visto y no visto, el Liberbank Oviedo había conseguido una renta de veinte puntos (52-32) con la que se fue a vestuarios tras un último triple de Antón Bouzán, ayer también protagonista en un colorido y muy concurrido Pumarín.

El partido había quedado visto para sentencia con el arreón del Liberbank Oviedo en el segundo cuarto y el equipo de Pumarín tuvo una segunda parte plácida. Un tiempo que, a pesar de la diferencia en el marcador, los locales se tomaron muy en serio. En el tercer cuarto llegaron algunos de los momentos más brillantes del equipo ovetense, cuando mejor movieron el balón y cuando más agresivo defendieron. Sabedores de que si hay algo que no le gusta a Javi Rodríguez es que el equipo se deje llevar, los jugadores del Oviedo se emplearon a fondo a pesar de que la renta no dejaba de crecer, llegando a situarse en 28 puntos (68-40) con una canasta de Douvier a tres minutos de terminar el tercer parcial y que el propio Douvier colocó en 31 puntos (76-45) con un triple para concluir ese mismo cuarto.

El último solo sirvió para que la fiesta se desatara en Pumarín. El partido hacía tiempo que estaba resuelto, pero Oviedo no estaba dispuesto a perder el tiempo y siguió compitiendo. Con un Barcelona B que hacía tiempo que había bajado los brazos, las rentas empezaron a ser casi insultantes. El trercer triple seguido de Geks disparó la diferencia a los 47 puntos (92-45) a 6.24 del final y, a continuación Ahonen la amplió dos puntos más (94-45). Nadie se quería quedar al margen de una exhibición de este calibre. Buen momento, además, para ir acoplando a los últimos en llegar para los próximos partidos. Oviedo los necesita a todos para luchar hasta el final por cumplir los sueños de una afición que ayer se fue de Pumarín pensando que se pueden hacer realidad.

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