Ese silencio dolía y llenaba el entorno de la iglesia de San Salvador de Cabañaquinta, mientras cientos de personas esperaban por el coche fúnebre. Sentir callado por Enol Megido, el joven piloto fallecido tras desplomarse durante el XIII Campeonato de Motocross de Rueda (Valladolid). A lo lejos, se escuchó el rugir de las motos.

Ese ruido sordo de los motores era lo que de verdad llenaba a Enol. "Dale gas y no mires atrás", decía en broma a sus amigos. Ellos, ayer, le dedicaron una despedida capaz de emocionar almas: más de cien moteros hicieron un pasillo para que pasara el féretro, que portaron varios amigos y familiares a hombros.

Un homenaje emotivo, preparado al detalle: "Enolín no merecía menos", afirmaron varias jóvenes que estaban ayudando a la organización en el entorno del campo de fútbol de Caborana. Los moteros se prepararon en la gran explanada de la localidad porque el entorno del tanatorio se quedaba muy pequeño. Un grupo cortaba pegatinas: todas del número 27. "Era el número que tenía él, todas las motos lo van a llevar pegado", explicaron.

De cerca miraba los trabajos un joven que estaba muy emocionado. Era Jorge Álvarez, uno de los compañeros que corría con Enol en el "Team Carkaba".

"Esto es lo que le hubiera gustado a él. A mí se me rompió la moto, pero voy a ir en la comitiva con otra porque quiero acompañarlo", aseguró. Corrían juntos desde hace mucho tiempo.

Hace dos años que Enol Megido se federó y, este año, estaba inscrito en el Valdesoto Motoclub. Su presidente, Noel Gutiérrez, estaba organizando a los moteros para la salida. Él estaba presente en la carrera en la que se produjo la caída de Enol. Aún sin los resultados definitivos de la autopsia, todo indica que el joven falleció por otra dolencia y se desplomó sobre el suelo.

No era el día ayer para hablar del accidente. Noel Gutiérrez tiene muchas bonitas historias con Enol. Y otra que contará a partir de ahora: su hijo, si es posible, correrá siempre con el número 27 en honor al piloto allerano. "Él dice que quiere correr con el número de un campeón como era Enol", aseguró el presidente del Valdesoto Motoclub. También acudieron al funeral los presidentes de la Federación de Asturias y Castilla y León, Luis Molina y Francisco González.

Listos para acompañar al coche fúnebre, los moteros salieron del campo de fútbol de Marianes, escoltados por la Guardia Civil y Policía Local. Esos rugidos que rompían el silencio cada vez estaban más cerca de Cabañaquinta. Las motos y los quads se colocaron en una larga fila, algo más de cien metros, para despedir a Enol. Apagaron los motores, respeto durante le responso. Y fueron encendiéndolos de nuevo, escalonadamente, cuando pasaba el féretro. Los padres de Enol, Mati Díaz y Jeromo Megido, caminaron abrazados. Su hermano mayor, Pablo Megido, sintió las motos acelerar y levantó el casco de Enol al aire: sigue "dando gas" en el cielo, parecía decirle.