Decía Aristóteles que la felicidad depende de nosotros mismos. Y como sé que Florentino Pérez ha leído al filósofo griego, o quizás no, vete tú a saber, pues la felicidad ha vuelto al Santiago Bernabeu porque el presidente del Real Madrid ha mirado hacia la casa para traer de nuevo a Zindedine Zidane (ZZ2) y presentarlo el mismo día que algún compañero periodista aseguraba que el galo le había dicho que no a Pérez, sin citar ninguna fuente (sic).
Pues eso, Zidane llegó el lunes, sonrió, habló poco y bajito y el madridismo sonrió abiertamente. En esto llegó el martes y los merengues nos carcajeamos volviendo a recuperar la alegría de la Champions aunque sólo fuera por personaje interpuesto. El gran CR7 se cepilló al Atlético de Madrid del injertado Simeone con esa facilidad que sólo los grandes muestran en las grandes ocasiones. Menos mal que Cristiano Ronaldo, como decían los gurús del fútbol, desaparecía en los partidos importantes.
El miércoles no pasó nada extraño. El jueves entrenamiento y ya se vislumbra que Zidane quiere recuperar jugadores condenados al ostracismo por su alarmante y manifiesta baja forma. Hace bien Zidane en recuperar ya sea para vender en junio o para que se queden en la plantilla pero muchos madridistas, entre ellos yo, no olvidamos lo que algunos han hecho durante los últimos nueve meses y que un castizo definiría de forma muy gráfica y que no me atrevo a reproducir aquí por respecto al lector.
El viernes lo que se vislumbraba toma visos de realidad y todo ello fructificó el sábado con el primer once inicial de ZZ2. Keylor Navas bajo palos: nada que objetar puesto que es un gran portero y un ejemplo de profesionalidad.
Marcelo en el lateral izquierdo: sé que hay que recuperar al brasileño pero me da pánico su nula calidad defensiva y su falta de compromiso atrás. Isco, al medio campo: desesperante el malagueño. Por mí, que Pérez lo venda y lo envíe con un lacito y deje unos milloncejos para la arcas del club. Bale en el ataque: que se vaya ya para Gales, China o el fútbol vietnamita. Y por último Asensio: seguimos esperándole.
Lo llamativo de este primer once de ZZ2 no es que los pusiera. Lo llamativo es que salvo Keylor Navas, que está fuera de toda duda, los otros cuatro hasta corrieron y todo e incluso hasta marcaron goles mientras se han pasado nueve meses jugando al golf, ligando, comiendo, protestando por twitter o descerrajando sonrisitas malintencionadas. Mal, muy mal. Salvo Asensio, los otros tres que tomen las de Villadiego pero pasando por caja.
