Cuentan las crónicas que solo una tarde muy lluviosa e invernal impidió que El Molinón se llenase hasta los topes en el estreno de una rivalidad. Un 5 de diciembre de 1926, poco más de ocho meses después del nacimiento del Real Oviedo, tras la fusión Real Stadium Club Ovetense y el Real Club Deportivo Oviedo, se enfrentaban por primera vez el Sporting y el Oviedo. El triunfo en el estreno fue para los gijoneses, por 2-1, en un partido igualado dentro del campeonato regional. Poco más de dos años después el Oviedo se tomó la revancha, y dejó para el recuerdo una goleada en el primer encuentro en Liga entre azules y rojiblancos, en el campeonato de Segunda. El Oviedo venció a lo grande 6-2 al Sporting, gracias a cinco tantos de Barril.
Casi un siglo después ambos equipos siguen viéndose las caras, en una rivalidad que ha crecido con el paso del tiempo, pero que ya despertó el interés de los aficionados hace 93 años. Ya había piquilla entre el Sporting y el Stadium, que se había impuesto en el último duelo entre ambos, pese a que los gijoneses habían merecido mejor fortuna. En diciembre de 1926, en El Molinón, sin ofrecer su mejor versión, el Sporting logró la victoria gracias primero a un tanto de Herrera y después con otro de Loredo, de cabeza, tras un gran centro de Manolín Argüelles, que era uno de los referentes de aquel Sporting, y el propietario de un concurrido salón de limpiabotas en Gijón en la calle Corrida.
Como anécdota de aquel partido fue la gran cantidad de agua que cayó por la lluvia y que provocó numerosos charcos en el césped. Una situación que aprovechó el meta del Oviedo Óscar para botar el balón cuando sacaba de puerta y salpicar a un grupo de jóvenes aficionados del Sporting que estaban detrás de la portería para intentar molestarle y desconcentrarle.
La alineación del Sporting en el primer enfrentamiento con el Oviedo la integraron Picú; Quirós, Prida; Bango, Bolado, Corsino; Domingo, Loredo, Herrera, Pin y Argüelles. En el Oviedo la formación fue la siguiente: Óscar; Mariscal, Trucha; Justo, Abdón, Mieres; Lorences, Avilesu, Zabala, Barril y Servando.
El tanto del Oviedo lo hizo Servando, tras un rechace de la defensa rojiblanca en una falta ejecutada por Mariscal. En el tramo final el Sporting acabó sufriendo para aguantar la victoria, ya que fue expulsado el meta Picú y el defensa Prida tuvo que actuar de portero los últimos minutos.
Ese primer derbi causó sensación, y en la segunda vuelta del campeonato regional el campo de Teatinos, donde jugó el Oviedo en sus primeros años de vida, registró una gran entrada. Igual que sucedió el 24 de febrero de 1929, en la primera vez que se vivía un duelo de máximo rivalidad en Liga. Era en Segunda División, y el Oviedo se dio un festín, con una goleada por 6-2, y cinco goles a cargo de Barril, que incluso esa misma mañana había estado despachando tranquilamente en el bar en el que trabajaba.
No obstante, pese a lo abultado del resultado, el Sporting tuvo sus opciones. Incluso al inicio de la segunda parte llegó a empatar a dos goles. Pero ahí apareció Barril de nuevo para rematar a los rojiblancos, cuando se veían con más fuerzas para intentar sacar un resultado positivo de Teatinos. Sin embargo, el Oviedo se aprovechó del mal partido del Sporting, muy oscuro salvo en una fase concreta, para endosar una goleada en un partido trabajado y en el que a los azules les salió todo a la perfección.
La alineación inicial del Oviedo en febrero de 1929, en el estreno de Liga en Segunda División, fue Óscar; Calichi, Trucha; Cubano, Abdón, Mieres; Chuché, Polón, Urrutia, Barril y Tamargo. En el Sporting, por su parte, jugaron Armando; Prida, Cuesta; Tronchu, Chus, Menéndez; Adolfo, Arcadio, Campanal, Pin y Nani.
