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Un fallo para dar ejemplo a los niños

En un partido entre dos equipos benjamines, el entrenador del Veriña mandó a un jugador lanzar fuera un penalti al no considerarlo justo

El Veriña, con Borja, Marcos, Unai, Pelayo, Cristian, Pablo Gayo, Lucas, Hugo y Pablo. F. GEIJO

Con un descenso de categoría en juego, no es habitual que el entrenador de un equipo mande fallar a propósito un lanzamiento de penalti que puede suponer el empate en el partido. Sin embargo, esta circunstancia se dio en el encuentro disputado este sábado entre el Veriña D y el Alcava E. Gijoneses y lavianeses se medían en un partido clave por la permanencia en Segunda División benjamín. Al poco de comenzar la segunda parte, el árbitro señaló un penalti a favor del Veriña, una pena máxima que tanto el entrenador local como el visitante no consideraron justa. En ese momento, Pablo Gayo, técnico del cuadro gijonés, le dice a su jugador, de 8 años de edad, que no dispare a portería. Un acto de deportividad que no ha pasado desapercibido.

"El árbitro no tiene la culpa, aquí estamos todos para ayudarnos". Son las primeras palabras de Pablo Gayo a LA NUEVA ESPAÑA. La decisión de ordenar fallar el lanzamiento a su jugador fue espontánea. "Fue algo que no piensas, lo primero que se me pasó por la cabeza", reconoce.

Sus jugadores asimilaron rápidamente la decisión del técnico. "En un primer momento, antes de lanzar el penalti, se quedaron un poco sorprendidos, pero enseguida se dieron cuenta de lo que había pasado y se lo tomaron con naturalidad", asegura el entrenador del Veriña. La labor de Pablo Gayo, que a sus 42 años cumple su tercera temporada dirigiendo al mismo equipo, se basa en tratar de concienciar a los jugadores acerca de la deportividad que deben mostrar en un partido. "Hay que saber ganar y saber perder". En ese sentido, el entrenador del Veriña apunta que "en estas categorías está muy bien que aprendan de fútbol, pero sobre todo de valores; eso es algo que les va a servir para toda la vida". El entrenador del equipo de Pola de Laviana reconoce que "por desgracia, las actitudes positivas no tienen tanta repercusión y no se ven de manera habitual".

Una situación similar se dio en un partido de Primera hace diez días. El barcelonista Messi le dijo al colegiado que no debía revisar en el videoarbitraje un posible penalti ante el Rayo Vallecano. "A unas edades tan tempranas, los jóvenes futbolistas absorben todo lo que ven en la televisión. En su momento muchos imitaban las celebraciones de Cristiano Ronaldo, pero también está bien que se queden con estas cosas", apunta Gayo. Su homólogo en el equipo lavianés apunta que "los profesionales son un ejemplo".

"No me lo pensé, y nada más tirar a fallar el penalti, fui a darle la mano al entrenador rival", reconoce Carlos Omar García, técnico del Alcava. Una situación que sorprendió a pocos tras la buena sintonía que habían mostrado a lo largo del encuentro los dos preparadores. "Llevo mucho tiempo dirigiendo partidos de niños pequeños y nunca había visto una cosa igual", reconoce el entrenador, de 44 años. Y es que para el técnico del cuadro lavianés, "estaba siendo un partido bonito y competido, no era un amistoso, los dos nos jugábamos mucho y por eso tiene más mérito". Los jóvenes futbolistas del Alcava no se percataron en exceso de la situación hasta el final del partido. "Ahí ya fueron conscientes de todo lo acontecido", admite.

Más allá del resultado final, un 4-5 que pone las cosas complicadas al Veriña, el público supo reconocer la acción deportiva. "Los padres de los dos equipos nos felicitaron por esa acción", reconoce Pablo Gayo. El aplauso final llegó por parte de las dos aficiones, pero también por parte de ambas directivas. "Nuestro coordinador me felicitó por la acción", resalta el técnico. El Alcava no pasó por alto el gesto del equipo gijonés y rápidamente transmitió un mensaje por las redes sociales dándoles la enhorabuena. "Lo primero que hice al acabar el partido fue ponerme en contacto con nuestro coordinador para que inmediatamente felicitase al Veriña por el gesto, es algo que no se ve todos los días", incide el técnico del equipo lavianés. Una felicitación que emocionó al entrenador del Veriña y a los integrantes del club. "Me sentí muy bien, muy orgulloso del equipo", apunta Gayo.

La actitud del equipo gijonés vale más que cualquier ascenso o permanencia. La enseñanza que los jóvenes futbolistas han recibido durante el fin de semana les permite ser unos campeones en la deportividad.

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