Messi maravilló el domingo pasado al mundo fútbol con su exhibición de goles ante el Betis. Pero en un remoto campo asturiano, en concreto el del Ribadedeva, Guillermo Vigil hizo una diana para enmarcar. El centrocampista del Stadium chutó un balón desde el centro del campo. Se la coló, de vaselina, a Manu, el portero rival, en el triunfo del Stadium (2-3). "Cuando me vino el balón, ni me lo pensé", afirma.
El gol tiene su historia. El portero titular del Ribadedeva no jugó por sanción. Le suplió Manu, que tiene el vicio de jugar adelantado y que no va sobrado de centímetros. "Me había fijado en esos detalles. Raúl ganó un balón de cabeza y me vino botando. En ese momento, ni sabía donde esta el portero. Fue toda una suerte", reconoce el jugador.
El caso es que con ese triunfo, el Stadium se ha vuelto a enganchar a la pelea. Se encuentra a solo seis puntos del tercer clasificado, el Real Titánico, con el que se enfrenta el próximo fin de semana. También mira de reojo la cuarta plaza, propiedad del Urraca, con 54 puntos. "Si sube alguno de los equipos de Tercera a Segunda B, este año esa posición puede tener premio", reconoce Vigil.
El Stadium lo tiene complicado, pero aún le restan nueve partidos por delante y los tres siguientes son contra rivales directos. Juega contra el Titánico, segundo en la tabla, visita al Vallobín, que es líder, y luego recibe al Tineo, que tiene los mismos puntos que el Stadium, 49. "Sabemos que estos partidos son fundamentales y buena parte de la temporada depende de lo que hagamos aquí", afirma Vigil, quien por cierto, tras haber tenido una carrera marcada por las lesiones, se encuentra a las mil maravillas en un Stadium al que con su golazo ha metido en la pomada.
