El Balonmano Gijón está afrontando los últimos partidos de la temporada con la tranquilidad que supone haber logrado el objetivo de la permanencia en una temporada que a juicio de su entrenador Rodrigo Llordén "está teniendo un nivel mayor que la pasada, hay mayor competitividad". El mérito del conjunto gijonés es mayor si se tiene en cuenta que tiene la plantilla más joven de la categoría con una media de edad que no llega a los 20 años (19,9).
"La pasada temporada partíamos como la cenicienta del grupo y conseguimos la permanencia con cierta facilidad. Esta nos ha costado más, pero hay que tener en cuenta que jugadoras como Capelastegui, Gallego y Nadege son juveniles y que las que llevan el peso del equipo como Alba, Guti o Rivas están en su segunda temporada como senior", señala Llordén. Además, el equipo perdió a varias jugadoras que la pasada temporada tenían un gran protagonismo como son los casos de Estefanía Parapar, Andrea Carvajal o Miriam Cortina.
La Liga está más igualada "y los de arriba pueden perder con los de los de abajo", tal y como indica Llordén, quien recuerda que "nosotros competimos en todos los partidos, perdimos varios por uno o dos goles y hubo un par de ellos que no tuvimos suerte con los árbitros. También tuvimos mala suerte porque perdimos durante bastante tiempo a un puntal como es Laura Rivas". Para Rodrigo Llordén "la marcha de la temporada nos reafirma en la apuesta del club por la cantera. Somos un club con poco dinero pero que confía en las jugadoras de casa, intenta potenciarlas y seguir creciendo con ellas". Entre esas jugadoras de la casa que han dado ya un salto importante están la propia Rivas, Guti, Vallina o Nadege. "Son jugadoras que venían respondiendo a las mil maravillas en las categorías inferiores y que llevan muchos años entrenando conmigo y eso se nota en cuanto a la confianza", asegura. Laura Gutiérrez y Sandra Vallina son las jugadoras que aportaron mayor número de goles, curiosamente 131 cada una, lo que las sitúa entre las diez primeras de la clasificación de goleadoras.
Al equipo le quedan dos jornadas para acabar la competición y con el objetivo cumplido es difícil la motivación de las jugadoras. "Es complicado mantener el nivel de intensidad, pero quedan dos partidos, el primero en la cancha del Lavadores, que probablemente sea el que acabe primero, pero a donde vamos a ir a ganar como siempre que jugamos y por respeto al resto de equipos que se están jugando estar en la fase de ascenso, entre ellos el Oviedo. Luego el último partido en casa será ante el Siero en un partido que esperemos que sea una fiesta porque ninguno de los dos equipos nos jugamos nada", añade.
Si el Balonmano Gijón consigue mantener este bloque en no mucho tiempo el equipo puede aspirar a posiciones cabeceras en la categoría ya que cuenta con calidad suficiente para aspirar a cotas más altas.
