Uno de los focos del derbi de ayer en El Molinón (1-0) siempre ocurre en encuentros con tanto voltaje, estaba en el arbitraje. Un joven Isidro Díaz de Mera, solo 29 años y del comité castellano-manchego, fue el encargado de impartir justicia en el Sporting-Oviedo y como segunda asistente ejerció la pacense Guadalupe Porras, que además ayer se convirtió en la primera mujer en formar parte del trío arbitral en la historia de los derbis asturianos.

Al contrario que en los últimos derbis, el de ayer en El Molinón será recordado con polémica. El colegiado anuló un gol al Oviedo en el minuto 90 por una falta de Ibra al central Peybernes, previa al remate con la zurda del delantero azul que puso el gol que supondría el empate en el derbi. La plantilla del Oviedo entró en cólera y protestó esa jugada de forma airada. También Anquela dijo luego en rueda de prensa que no le había parecido falta. Los rojiblancos, en cambio, sí apreciaron la acción e incluso Peybernes hizo gestos enseñando una supuesta marca. Fue un derbi con muchas jugadas de contactos y con continuas faltas.

El inicio de partido fue de infarto para el colegiado, con cuatro faltas en cuatro minutos y una amarilla para el Sporting por una falta de Cofie a Tejera. El listón estaba muy alto. El asturiano es un derbi caliente y se notó de principio a fin. Los jugadores protestaban casi cada acción a Díaz de Mera.

El colegiado no quería que se le fuese el partido e intentó cualquier exceso de los jugadores. Como cuando Javi Muñoz vio la amarilla por una falta a Uros Djurdjevic y ambos se encararon. Ahí apareció Díaz de Mera para intentar que no fuese a mayores. Tras el primer gol del Sporting, en propia de Christian, le llamó la atención a Mario Cotelo, el delegado rojiblanco. Sacó cuatro amarillas en la primera parte, dos para cada bando. Djurdjevic y Cofie para los rojiblancos y Berjón y Muñoz para los azules. Todas por faltas menos la de Berjón, que vio la amarilla por sacar antes de tiempo un libre directo.

Una de las jugadas importantes para los colegiados fue el penalti a favor del Sporting, que erró Djurvevic. Señalado por el colegiado, que vio un codazo de Christian Fernández a Alegría. Esa, y el gol anulado, fueron las jugadas más polémicas. Toché, que entró en la segunda parte, también reclamó un penalti con un agarrón. La asistente Porras, por su parte, tuvo un papel discreto en su debut en un derbi asturiano. Estuvo acertada al señalar varios fueras de juego en jugadas que apuntaban a tener peligro.

Es la segunda temporada de Porras en Segunda División, siendo la única mujer en el fútbol profesional junto con la asturiana Judith Romano, de baja por maternidad en estos momentos. La asistente se ubicó en la banda contraria a los banquillos, la que le corresponde por ser segundo asistente. Porras, que es internacional, es una colegiada muy valorada en el seno arbitral. Ayer se estrenó en un derbi con todos los focos puestos sobre lo que acontecía en El Molinón. Y aprobó con nota.

El árbitro, Isidro Díaz de Mera Escudero, además de las 13 tarjetas a jugadores (cinco al Oviedo y ocho al Sporting) expulsó al utillero del Oviedo, Silvino Aparicio, según el acta por dirigirse a su asistente en los siguientes términos: "Eres un sinvergüenza, hijo de la gran puta". Fue otro incidente deportivo más en un derbi accidentado sobre el césped.