Tras dos derrotas consecutivas ante Baskonia y Barcelona y un pésimo primer cuarto en su visita al Panathinaikos, el Real Madrid renació este jueves en Atenas con un triunfo cimentado en un Walter Tavares enorme y culminado por un triple imposible de Rudy Fernández sobre la bocina (73-74).

Los blancos se repusieron a tiempo a su pésima puesta en escena. Terminaron el primer cuarto 18 abajo, pero no se rindieron y lograron remontar gracias a la exhibición del pívot caboverdiano, que dominó el partido con sus 14 puntos, 16 rebotes y 29 de valoración, y al acierto final de un Rudy que no se podía creer la canasta que dio la victoria a su equipo.

Dos rápidas conexiones entre Sergio Lull y Tavares pusieron de inicio por delante al Real Madrid, aunque su única ventaja de la tarde hasta la jugada final fue cuestión de segundos. Los helenos empezaron a producir en ataque a un ritmo vertiginoso, encadenando varias acciones de 2+1 que les dispararon en el marcador.

Del 0-3 se pasó al 18-6 con el que se llegó al ecuador del cuarto inicial, lo que motivó el primer tiempo muerto de un Pablo Laso que no encontraba soluciones en el banquillo. Sus hombres se mostraban impotentes en ataque, donde un par de triples, otras tantas canastas de dos y cuatro tiros libres fueron su único botín en unos diez primeros minutos desconcertantes.

La defensa blanca hacía aguas por todos lados y recibía puntos en cada acercamiento de un Pahathinaikos muy superior desde el inicio que dominaba todas las facetas del juego y se llevó el primer parcial por un contundente 32-14.

Dos triples de Facundo Campazzo y Jaycee Carroll y una canasta tras rebote ofensivo de un Tavares que mejoraba con el paso de los minutos y empezaba a dominar bajo aros evidenciaron la mejoría blanca en la reanudación.

Enfrente, los de Rick Pitino mostraban una imagen muy diferente a la del primer acto. Tardaron seis minutos en anotar su primer tiro de campo y fueron cediendo su renta hasta dejarla por debajo de la decena.

Apareció entonces Nick Calathes. Con siete puntos seguidos en el peor momento de los suyos les sacó del atolladero y permitió llegar al descanso con la situación bajo control aunque sin nada decidido por la entidad del rival (45-33, min 20).

El Real Madrid siguió apretando tras el paso de vestuarios de la mano de Sergio Llull, que apareció en el juego con ocho puntos en menos de un minuto y dejó en seis la desventaja, lo que obligó a Rick Pitino a parar el choque para evitar males mayores (50-44 min 23).

Tavares seguía a lo suyo, imponiendo su ley en la pintura a base de puntos y rebotes. Su gran actuación metió de lleno en el choque a su equipo, que a pesar de su mal arranque fue capaz de llegar con vida a los últimos diez minutos tras un triple de Santi Yusta sobre la bocina (59-53, min 30).

El último cuarto también arrancó a base de triples. Langford y Thomas dieron aire a los griegos y respondió Thompkins con la misma moneda, aunque un nuevo bajón en la producción ofensiva blanca devolvió la decena de puntos de ventaja a los anfitriones a seis minutos del final.

Un nuevo arreón de los madrileños, con un 10-0 a favor en el momento clave, inyectó emoción al último minuto, aunque varios fallos le impidieron tomar el mando de la situación.

A los últimos 21 segundos se llegó con 73-71 y posesión para el Real Madrid. Cuando todo parecía perdido tras una mala gestión del ataque blanco, Rudy Fernández, desde muy lejos y con Deshaun Thomas encima, anotó un triple estratosférico sobre la bocina que regaló un nuevo triunfo a los jugadores de Pablo Laso.

73 - Panathinaikos (32+13+14+14): Calathes (14), Thomas (8), Kilpatrick (8), Papagiannis (9) y Papapetrou (7) -cinco inicial-, Lanford (14), Gist (1), Vougioukas (6), Lekavicius (2), Lojeski (2), Antetokounmpo(2).

74 - Real Madrid (14+19+20+21): Llull (12), Taylor (2), Fernández (13), Randolph (5) y Tavares (14) -quinteto titular-, Causeur (-), Campazzo (5), Ayón (4), Yusta (3), Carroll (6), Kuzmic (-) y Thompkins (10)

Árbitros: Luigi Lamonica, Damir Javor y Anne Panther. Sin eliminados.

Incidencias: Partido de la vigésimo novena jornada de la fase regular de la Euroliga, disputado en el Olympic Sports Center (OAKA) de Atenas ante 18.003 espectadores.