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Abonados a la excelencia

El Liberbank Oviedo se impone al Coruña en un duro encuentro y ya tiene casi asegurada la presencia en el play-off de ascenso por cuarta temporada seguida

Roope Ahonen se dispone a tirar a canasta, ayer en Pumarín, ante Uchendu. MIKI LÓPEZ

El Liberbank Oviedo Baloncesto vive en la excelencia, ahí se siente cómodo y ahí seguirá una temporada más. El equipo carbayón se impuso ayer en un duro encuentro al Leyma Coruña y tiene prácticamente asegurada su presencia por cuarta temporada consecutiva en el play-off de ascenso a la ACB. Una derrota hoy del Huesca lo convertiría en un hecho matemático. También van los de Javi Rodríguez por el camino de asegurarse tener el factor cancha a su favor en ese play-off, que esta temporada solo será uno porque los cuatro ganadores se medirán después en una final a cuatro, con semifinal y final a partido único y en una misma sede. Este Oviedo, que lleva siete victorias en los ocho últimos partidos, es uno de los grandes aspirantes a estar presente en lo que será toda una fiesta del baloncesto en la que se determinará la plaza que queda en juego para la ACB.

La de ayer fue una muestra más de un equipo que está siguiendo el camino que le ha marcado su entrenador, que casi siempre prima lo colectivo a lo individual y en el que todo el mundo sigue ciegamente a su líder, el técnico Javi Rodríguez.

El primer cuarto fue de juego alegre, con un Oviedo al que se le vio metido en el partido desde el inicio, moviendo bien el balón, con hasta siete jugadores aportando en anotación. Lo peor para los carbayones en esos primeros diez minutos fue que uno de los jugadores más peligrosos del Leyma Coruña, Mirza Bulic, demostró que ni mucho menos venía de paseo a Pumarín y anotó 10 puntos que evitaron que su equipo se quedara demasiado atrás en el marcador. Una última canasta tras un rebote ofensivo del Coruña dejó la diferencia en cinco puntos (25-20) al final del primer parcial. Nada más comenzar el segundo se evidenció que el equipo ovetense iba a mantener un ritmo de partido frenético en Pumarín. Los bases, ya fuera Sergio Llorente o Ahonen, subían el balón muy rápido, tratando de coger desprevenidos a sus rivales, y enseguida buscaban a un jugador libre para tirar de fuera y, si no, a Arteaga o Jakstas para postear y buscarse una canasta. El actor más imprevisible en la ofensiva azul era Douvier, un jugador al que le sobra carácter para ir a por la canasta contraria, también uno de esos a los que les preocupa poco fallar.

Todo era plácido y feliz para los locales en el segundo cuarto. Golpeaban ataque tras ataque y parecían encaminados a cerrar el partido, con una renta que llegó a ser de 16 puntos (48-32) cuando solo quedaban 37 segundos de la primera parte. Pero el Leyma Coruña ni mucho menos entregó la toalla. Entre eso y una desconexión del equipo local en los últimos segundos de la segunda parte y, sobre todo, en los primeros minutos del tercer cuarto, las cosas se le pusieron bastante feas a los de Javi Rodríguez. El parcial en contra llegó a ser de 0-13 para poner el duelo en un pañuelo (48-45) a 6.19 del final del tercer parcial. Llegó a igualar el conjunto gallego con un triple de Xavier (52-52). Y la reacción no se hizo esperar. Cogieron las riendas del equipo Sergio Llorente y un excepcional Joey van Zegeren y volvieron a poner tierra de por medio, dejando la renta para los diez últimos minutos en cinco puntos (60-55),

Ya parada la rebelión, Ahonen y Douvier cogieron la iniciativa ofensiva en el inicio del último para convencer rápido a Coruña que nada iba a sacar de un Pumarín que ya se preparar para vivir grandes noches. Otra temporada más.

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