El partido de fútbol que enfrentaba en La Laboral a La Asunción y el Estudiantes, conjuntos que militan en la Tercera categoría infantil, acabó de la peor manera posible: con unos violentos incidentes. Una vez finalizado el encuentro, con el resultado de 4-1, los ánimos se caldearon de manera desproporcionada y la colegiada del choque fue conducida al vestuario entre insultos, según la versión de La Asunción colgada en sus redes sociales. Una versión en la que, su vez, se explica que "tras unos minutos en los que parecía haberse recobrado la calma, un aficionado visitante (del Estudiantes) intentó entrar en el vestuario de La Asunción, siendo interceptado por los técnicos, llegando a agredir a uno de ellos".

El agredido en cuestión es el primer entrenador del equipo local, Javier Gargantel, que acudió posteriormente a urgencias, donde se le diagnosticó "una fractura de tabique nasal". El técnico se presentó en las dependencias policiales para realizar una denuncia por agresión.

Una situación que también realizó el padre de P.C., jugador de solo 13 años del Estudiantes y que, según la versión del equipo estudiantil, fue el mayor damnificado. "Tanto el padre como el niño presentaron un parte de lesiones, la versión que tengo de los padres y el delegado del equipo es que se pasaron todo el partido insultando a nuestro jugador, por lo que una vez finalizado el partido, el padre fue a preguntar el motivo al entrenador de este hecho y recibió un puñetazo, mientras que al crío le tiraron al suelo y le dieron patadas", asegura María Elena Cuende, presidenta del Estudiantes. Detalla la máxima mandataria del equipo gijonés que fueron ellos los que llamaron "a las fuerzas del orden" porque fueron "los perjudicados". Además, dice que "en ese momento nadie había declarado que había un tabique nasal roto".

El lamentable caso queda en manos ahora de la Policía Nacional, que tratará de esclarecer los hechos.