El asturiano Pelayo Roza, el joven palista que venció a las estrellas del piragüismo español en el selectivo interno para configurar el K-4 500, renuncia a participar en las pruebas finales, en las que el gallego Carlos Arévalo ocupará su lugar. Roza renuncia al entender que "entrar en esa embarcación era complicado", por lo que prefiere centrarse en el K-2 1.000, junto a Pedro Vázquez, con "objetivos muy ambiciosos" ante la I Copa del Mundo, los Juegos Europeos y el Mundial sub-23. J. M. C.