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Byron Álvarez: "El accidente no ha sido el peor momento de mi vida"

El jugador del Garmat Avilés, el equipo de baloncesto adaptado que sufrió un accidente en el Huerna, sigue en el HUCA: "No voy a dejar el basket"

La furgoneta del Garmat, tras el accidente. M. L.

El Garmat Avilés protagonizó hace una semana un milagro en la autopista del Huerna. Hace siete días, la furgoneta que debía llevar al equipo de baloncesto adaptado a Leganés volcó cerca de Caldas de Luna, en León. De los nueve pasajeros solo hubo un herido. Fue Byron Álvarez, cuyo brazo quedó sepultado por el peso del vehículo. Hoy sigue ingresado en el HUCA. "Apenas recuerdo nada. Este no ha sido el peor momento de mi vida".

Byron Álvarez tiene 32 años, es de Lugones y es parco en palabras. Hasta que LA NUEVA ESPAÑA se puso en contacto con él, nunca había concedido una entrevista porque nadie se la había pedido. Pero en lo que va de semana, hasta la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, que le visitó, se ha interesado por su estado de salud. "Está bien que se preocupen de uno", resuelve Álvarez.

El jugador del Garmat fue operado el sábado en Oviedo. Se fracturó el húmero y estuvo varias horas en el quirófano. Salió de la mesa de operaciones por la noche. Aunque ha recibido injertos de piel, sólo necesitó cirugía una vez. "Con la anestesia, no eres muy consciente de lo que pasa. Sí sé que la operación fue larga porque había muchos cristales y mucho asfalto que limpiar", rememora.

Como muchos de sus compañeros de equipo, Byron Álvarez asume que está vivo de casualidad. "Para lo que podía haber sido...", comenta cuando se le pregunta por el accidente, del que apenas guarda recuerdos. "Sólo tengo imágenes de estar en la ambulancia y del viaje de vuelta", explica.

Lleva una semana en el Hospital. En estos días, habrán pasado muchas cosas por su cabeza, pero Byron Álvarez tiene claro que quiere seguir jugando al baloncesto la próxima temporada. "No, no pienso dejarlo. Pero ahora lo primero es recuperarme. Quizás pueda sonar egoísta, pero sé que ahora eso es lo principal. Sé que cuento con el apoyo de todos mis compañeros", resume.

Pero Byron Álvarez está acostumbrado a pelear. Va en silla de ruedas desde el año 2015, cuando sufrió un accidente laboral. Juega en el Garmat desde hace dos años y no le gusta que le pongan como ejemplo de superación. "Solo me considero un chaval con ganas. No me gusta definirme. Siempre digo que si quieres salir adelante tienes que echarle ganas al asunto", afirma.

El Garmat acudía a la Comunidad de Madrid para disputar el Trofeo Gaspar Anaya. Iba a ser su última competición nacional tras disputar la fase regular de la Segunda División. Tras esa cita, el club iba a impulsar una Liga regional. Sin embargo, por culpa del accidente y los daños materiales en la furgoneta y las sillas de juego y de paseo, el Garmat no competirá más esta temporada.

Deportista de pura cepa, Byron Álvarez todavía le da vueltas al torneo de Leganés. "Pues fue una pena lo del accidente, porque estábamos en muy buena línea. Creo que lo podíamos haber ganado, la verdad", explica sobre una competición a la que acudían los veteranos del equipo.

Byron Álvarez, que antes de jugar a baloncesto adaptado, fue futbolista en el San Juan y el filial del Pumarín, que estudió un ciclo de formación, sigue recuperándose en el HUCA. Hace siete días vivió un milagro y ahora cuenta las horas para protagonizar otro. Será cuando vuelva a meter una canasta con el Garmat.

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