El Liberbank Oviedo Baloncesto está ahora mismo colocado en la segunda posición de la LEB Oro y ha logrado su cuarta clasificación consecutiva para disputar el play-off de ascenso a la ACB porque ha sabido superar todas las dificultades que le han surgido a lo largo de la temporada, sobre todo las que le han llegado en forma de lesiones: perdió para toda la campaña a Fran Cárdenas y Matti Nuutinen, y los problemas de espalda le llevaron a cortar a Josep Puerto. El último escolló que tuvo que superar para asegurar el play-off fue un partido durísimo ante un Carramimbre Valladolid que se lo jugaba todo. El equipo de Javi Rodríguez ganó (79-85) el viernes al Valladolid un partido con ambiente de play-off, en el que el cuadro pucelano se jugaba muchas de sus opciones de entrar en la lucha por el ascenso. Un encuentro en el que el base Óscar Alvarado no dudó en emplearse con violencia (le dio un codazo en la cara) para intentar amilanar -sin éxito- al canterano Alonso Meana, que tuvo que jugar más minutos de los previstos tras la lesión de Sergio Llorente.

Las gradas estaban repletas en el Palacio de los Deportes de Valladolid y la tensión era máxima, lo que obligó al equipo de Oviedo a tirar de personalidad y carácter para acabar imponiéndose. Todo ello hizo que Javi Rodríguez, otras veces crítico con sus jugadores aún en las victorias, se mostrara exultante en la rueda de prensa posterior el encuentro: "Para mí ha sido un partido de los que más he disfrutado como entrenador, da gusto jugar en un ambiente así, en un partido de este nivel de dureza, realmente parecía un play-off. Valladolid y nosotros jugamos todos los partidos como si fueran un play-off".

A Javi Rodríguez se le notaba que había disfrutado de un partido en el que contó más el carácter y la personalidad que los sistemas de juego: "Podemos hablar de la defensa 1-3-1, de la 2-3, de cómo buscamos las ventajas, de muchas cosas. Pero creo que deberíamos estar contentos y orgullosos de ver el partido que hemos visto, ha habido cera, normal; un ambientazo, los dos equipos jugando sus bazas, ha habido momentos para todos, ha habido situaciones que han sido complicadas con la lesión de Sergio Llorente y las faltas, pero merece la pena todo el sacrifico como jugador y como entrenador para ver partidos de este nivel, de esta intensidad y, sobre todo, ver cómo la gente disfruta", concluyó un entrenador feliz.