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Aarón Matías, allerano de 12 años, ejemplo de relevo generacional: "Me gusta ir con mi padre a pescar"

"Me divierto mucho pescando, me gusta estar en la naturaleza y ver peces", dice el chaval

Aarón Matías, junto a su padre, José Vidal. CAROLINA DÍAZ

Ni de lejos habría elegido Aarón Matías Villoria, de 12 años, quedarse en su casa jugando a la videoconsola a irse con su padre, José Vidal, y con el primo de su madre, Amador Castañón, a disfrutar del primer día la temporada de pesca. Los tres lo pasaron en grande juntos en un día especial, en el que encima acompañó el buen tiempo y en el que los ríos estaban en un momento propicio para practicar la pesca.

En la puerta de un establecimiento en el que suelen congregarse los pescadores, junto al Puente Quinzanas, los tres, naturales de Moreda (Aller), gozaban del sol mientras se daban un tiempo antes de ir de nuevo a probar suerte en el río. Aarón, tímido, dudaba si contar a todo el mundo lo mucho que le gusta la pesca y se lo pensó bastante antes de permitir que una cámara le registrara realizando su actividad favorita. Pero al final dijo que sí. "Me divierto mucho mientras pesco, me gusta estar en la naturaleza, ver peces, mi padre me puede llamar cuando sea si es para irme a pescar", explicaba.

Su padre no tardó en corroborar lo que decía su hijo. Y eso que no encuentra a amigos de su edad que le acompañen. Ni siquiera a su hermano gemelo le ha picado el gusanillo. "El hermano gemelo no quiere venir", explicaba José Vidal Matías sobre lo diferentes que le han salido sus hijos. Tampoco es difícil adivinar la satisfacción que siente porque Aarón le acompañe a realizar una actividad algo que lleva practicando toda su vida: "Para eso no le cuesta nada madrugar, es él el que me empuja de la cama". El de Aarón es un caso especial en un deporte que teme quedarse sin relevo en el futuro. Son cada vez menos los jóvenes que van a los ríos con sus cañas y eso se está viendo reflejado en la disminución de licencias. José se revela ante la imagen que algunos tienen de los pescadores: "Ahora parece que somos delincuentes si vamos a pescar". También lamenta, secundado por Amador Castañón, el estado de la pesca del salmón: "No se ven muchos niños ni se ve mucha gente, es que salen dos ó tres salmones, si es que salen". Sin embargo, esta temporada de pesca se les ve animados: "El río está mejor que el año pasado", dice Amador mientras comenta con un ribereño lo ajustado que estuvo el campanu del Narcea. Lo que no sabe nadie, salvo esta familia que aspira a mantener la tradición de la pesca del salmón, es quién va a sacar el campanu del río Sella.

Hoy está prohibida la pesca con muerte, pero mañana volverán a abrirse los cotos al tiempo que los colegios dan vacaciones a sus alumnos. "El campanu del Sella lo va a pescar el martes Aarón", dice con orgullo su padre. Experiencia tiene para ello, puestos que lleva acompañando a su padre a los ríos desde que tiene 8 años, es decir, desde hace cuatro años.

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