No pudieron ni el descaro ni el talento ni la juventud del Vetusta con un Mirandés que supo jugar mejor sus bazas y aprovechar una de sus ocasiones para sellar la victoria que le clasifica para la fase de ascenso a Segunda A. El Vetusta, por su parte, se sitúa a cuatro puntos del play-off a falta de cuatro partidos.

Un trallazo de Hugo Rama fue suficiente para doblegar a un filial carbayón que dejó en el campo de Miranda de Ebro buena nota de su calidad como bloque, con chispazos individuales de nivel en Segunda B, pero sin el cuajo suficiente ante uno de los conjuntos con más calidad y veteranía del grupo, un Mirandés que al final se hizo acreedor al triunfo.

Los locales salieron con mucha fuerza en la tarde de Anduva, buscando sorprender a un filial oviedista que tardó más de la cuenta de ubicarse con claridad en el rectángulo. Jon Guridi tuvo la primera oportunidad de los mirandesistas, pero su remate salió mordido.

Poco a poco iba tocando mejor el Vetusta en la medular, pero con el riesgo de contras locales tras pérdida. El Mirandés estaba bien pertrechado en su parcela ante esa fase de más toque del Oviedo B. Alarcón probaba a balón parado, pero su disparo se falta se perdía por encima del travesaño. Y en esa dinámica de fútbol cada vez más asentado de los jóvenes de la cantera azul, quien golpeó gracias a un chispazo individual fue el Mirandés. Hugo Rama controló un esférico, avanzó unos pasos y soltó un trallazo desde cerca de treinta metros de distancia que se estampó en la misma escuadra de Gorka Giralt, espectador de lujo de un auténtico golazo. Restaba poco para el descanso, el gol hizo daño a los de Javi Rozada y Rodrigo perdonaba el segundo cruzando en exceso su remate.

En el segundo periodo, los visitantes estaban obligados a dar un paso adelante. El partido entraba en una fase de juego en la medular sin llegadas claras a ninguna de las dos porterías.

El Vetusta tenía posesiones más prolongadas y estiraba sus líneas, pero se estrellaba una vez tras otra ante la seriedad de la defensa rojilla. Anduva comenzaba a ser una fiesta celebrando el pase matemático para la fase de ascenso. Incluso Antonio Romero, ya en el añadido y con el Vetusta volcado, desperdiciaba otra clara oportunidad que podría haber sido el dos a cero. Ya no hubo tiempo para más, fiesta en Anduva con el pitido final del colegiado.