En algún momento, no hace mucho, Garbiñe Muguruza nos hizo creer que podría tomar el relevo de Rafa Nadal como estandarte del tenis español. Pero desde que consiguió su segundo Grand Slam (Wimbledon 2017) Muguruza colecciona más decepciones que alegrías. La última, este fin de semana en la eliminatoria por el ascenso al grupo mundial de la Copa Federación frente a Bélgica. Garbiñe perdió frente a Flipkens (59º del ranking WTA) y Bonaventure (122º), y sólo gracias a la entereza de Carla Suárez, que ganó sus dos puntos y contribuyó al de dobles, España salió del apuro.