Mikel Landa prometió en la salida de la Vuelta a Asturias que quería probarse en la dura subida al Santuario del Acebo de cara a sus aspiraciones en el Giro de Italia y el alavés del Movistar cumplió su palabra. Hizo una gran exhibición en la montaña canguesa, marcando un ritmo infernal que solamente aguantó su compañero Richard Carapaz, ganador de la pasada edición de la Vueltina. En la bajada a meta los dos colaboraron y se presentaron en la llegada con 1.50 de ventaja sobre sus perseguidores. Landa tuvo la grandeza de dejarle ganar la etapa y seguramente la Vuelta a Carapaz para que estrene sus triunfos esta temporada. Hoy se disputa la etapa final entre Cangas del Narcea y Oviedo, con la dura subida a El Violeo, que está a 6 kilómetros de meta.

Todo parecía indicar que en la meta canguesa Landa iba a ganar la etapa, porque siendo segundo Carapaz iba a ser el nuevo líder. Pero Mikel tenía decidido que era mejor que Carapaz se estrenase esta temporada porque él ya había ganado una etapa en la Semana Coppi-Bartali y también de cara a tener motivado al ecuatoriano para el Giro, donde seguro que le necesitará como gregario.

Mikel Landa ejerció de jefe de filas generoso. Estos detalles nunca se olvidan y ahora la Vuelta a Asturias está encabezada por Richard Carapaz, con 8 segundos sobre su compañero Mikel Landa, y a 2 minutos se encuentra el letón Krists Neilands, que llegó en la misma posición a la meta canguesa, acompañado del joven prometedor ruso Aleksandr Vlasov.

Y dos minutos de ventaja sobre los rivales, salvo un grave "accidente", hace casi imposible que no repita doblete el Movistar en la general de la Vuelta este mediodía en Oviedo.

La segunda etapa con recorrido de 171 kilómetros entre Soto de Ribera y Cangas del Narcea contó con un día soleado y una batalla fenomenal de salida hasta que después de pasar el alto del Escamplero y camino de Avilés se hizo la escapada buena, compuesta por Antonio Soto (Euskadi), Joel Nicolau (Caja Rural) y los incombustibles, el checo Daniel Turek (Israel Academy) y el "abuelo" Paco Mancebo (Matrix Powertag), que no solo no acusaban el esfuerzo del día anterior, sino que repetían fuga para intentar asegurarse la montaña y las metas volantes de la Vuelta.

Llegaron a tomar 3.40 por Salas y el alto de La Espina para luego ver cómo se iniciaba por detrás una gran persecución para ser anulados al primer paso por Cangas, a falta de 30 kilómetros y en el inicio de la subida al Santuario del Acebo.

Ahí empezó la batalla entre los grandes, cuando el Movistar impuso un fuerte ritmo con José Rojas y le relevó con más insistencia un fenomenal Pedrero. Hasta que a falta de 5 kilómetros para la cima "Pedro González" tomó la batuta Mikel Landa, que se probó a fondo y al que solo le aguantó su compañero Richard Carapaz. Por momentos estuvieron a sus ruedas el portugués David Rodrigues (Boavista) y el letón Neilands (Israel Academy), seguidos de cerca por Bizkarra (Euskadi Murias), pero tuvieron que rendirse ante los "motoristas" del Movistar.

Landa y Carapaz se probaron bien en la subida como lo demuestra que en el alto tomaron 1.15 sobre Vlasov para bajar luego, incluso en el tramo de gravilla, con precaución y evitar una caída, lo que permitió al ruso acercarse a 54 segundos. Pero en los seis kilómetros finales de llano y carretera buena Landa y Carapaz apretaron para llegar a la meta los dos con brazos en alto y tomar 1.50 sobre Neilands y Vlasov y 2.34 sobre el grupo compuesto por García Mateos, Nich, Rodrigues, Pinto, Bizkarra y Jonathan Lastra. Luego llegaba un rosario de ciclistas con las fuerzas muy deterioradas, entre ellos el asturiano Dani Viejo (Euskadi Murias), que trabajó en la persecución de los fugados.