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Las riadas llenan de sedimentos el Narcea y "despistan" a los salmones

Los peces se van de los pozos habituales al bajar el nivel del agua, apunta el veterano Kilo Díez en Cornellana

Ángel Carlos Díez de Tejada observa el Narcea, lleno de piedras, en el pozo La Columna en Cornellana. SARA ARIAS

Los desbordamientos de los ríos, como el del pasado mes de enero, que afectó, entre otros de Asturias, al Narcea y sobremanera al Nalón, han dejado tras de sí pedreros que modifican su discurrir. Una fuerza de las aguas que también afecta al fondo y sus especies, como el salmón, ahora en plena temporada de pesca.

Su tránsito y hábitos se modifican debido a los cambios en el caudal, así como en la falta de calado. "Afecta muchísimo, cambian los pozos y uno que era buenísimo, igual el año que viene, nada. Y están los salmones a cien metros...", explica Ángel Carlos Díez de Tejada Álvarez, conocido como "Kilo", pescador ribereño de 84 años, cuya primera captura fue a los 14 en un río, el Narcea, que conoce como la palma de la mano.

"Hoy iba a tirar una varada pero no fui, estaba el río bajo y para pescar sin muerte es mejor que baje alegre", comenta sobre los altibajos del río en Cornellana (Salas). En su pueblo, desde el puente de la carretera nacional, señala a uno y otro lado dos puntos donde el Narcea no es cómo antes, los pozos La Columna y La Llera.

"Donde hay pozo, si baja el nivel del agua porque se modifica en la avenida, que es algo normal, el salmón cambia su ubicación", explica Díez de Tejada, quien es miembro de la sociedad de pescadores "Las Mestas del Narcea", con sede en Quintana (Pravia).

En La Columna, dice que por poco pensó que no salía ni una captura más, y de La Llera, que ha cambiado por completo. Es una constante, las riadas del Narcea son casi históricas pero distintas, duraban más días, hasta diez. Opina, además, que la regulación del embalse de Calabazos, entre Tineo y Belmonte de Miranda, afecta con mayor virulencia el río, que va mordiendo las riberas y depositando sedimento.

También aposenta el regodón en islotes que se producen por, explica, "árboles que interfieren la corriente cambiando el cauce", detalla.

Además, Kilo Díez cree que no es bueno para el río intervenciones como la ejecutada río abajo desde Cornellana, en la zona conocida como El Desastre, donde hubo afecciones sobre el cauce debido a las obras de la carretera AS-16 en el tramo entre Pravia y La Rodriga, hace más de veinte años. Todo lo que sea tocar el río, afecta, asegura.

Con todo, cree que la vida de los salmones es "compleja" y que buscarán lugar y aposento en los momentos del ciclo que lo necesiten "porque no es lo mismo en julio que buscan en las cabeceras de los ríos aguas frescas y con un poco de corriente, oxigenadas, en las cabeceras de los pozos para la freza que ahora". Por eso, anima a los pescadores a ver los cambios naturales del río como oportunidades para buscar salmones: "Mirar dónde pueden estar".

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