"Lo voy a echar mucho de menos". Omar Cibeira se sincera. El futbolista de L'Entregu colgará las botas a final de temporada y este domingo disputará su último encuentro en el Nuevo Nalón. Lo hará con 36 años, tras media vida en Tercera División. El delantero se ha imaginado mucho cómo será su último encuentro en la que ha sido su casa en desde 2012. "Desde febrero lo llevo meditando", dice. Entre sus motivos para decir adiós se encuentra "la edad; esto se convierte en un querer y no poder y viene gente por detrás pegando fuerte; las piernas ya no responden como antes".
Omar se ha pasado la mitad de su vida en Tercera División. Clubes como Oviedo y su filial, Ribadesella, Universidad, Tuilla, Langreo y, en última instancia L'Entregu, han disfrutado de sus goles en la categoría. En total 132 en el cuarto escalón nacional.
Sus primeros goles en Tercera llegaron con el filial azul, al que llegó desde juveniles tras despuntar en la Cruz Blanca de Langreo. El descenso del primer equipo en 2003 le dio la oportunidad de jugar en el Tartiere. "El Oviedo está hoy donde está gracias a aquellos jugadores que dimos el paso, estoy orgulloso", reconoce. Tras pasar por el Universidad, llegó a las filas del Ribadesella, donde militó tres temporadas. "Recuerdo aquel play-off contra el Lugo, hay que ver dónde están ahora los dos equipos", lamenta el atacante, que tuvo en Mino su valedor en Orellana. Entre medias hubo cesiones a dos equipos de Preferente, el Andés y el San Martín. "De todo se aprende, en ocasiones hay que dar un paso atrás para dar dos adelante", asegura.
Desde el año 2009, el fútbol de Omar no se movió de la Cuenca del Nalón. "En Langreo hice las mejores temporadas de mi carrera, con 17 y 19 goles", explica. Una lesión en su segunda temporada lastró su gran rendimiento. Pero entonces llegó Tuilla, con Abelardo como técnico. "Se veían entrenamientos impropios de Tercera", reconoce.
L'Entregu le firma en 2012, en una trayectoria que se prolonga hasta hoy. "No pensaba estar tanto tiempo aquí", bromea. Y destaca el buen ambiente que siempre ha vivido en el vestuario del Nuevo Nalón. "Este está siendo de los mejores años, la lástima ha sido el bajón del último mes en cuanto a resultados, habría sido la leche dejar el fútbol con una fase de ascenso", lamenta.
Entre sus mejores recuerdos, los títulos en Copa Federación con el Langreo, "donde marqué el gol de la victoria", y con el Tuilla. Y entre sus peores momentos, la pérdida de su compañero Saúl Lara, víctima de un cáncer. "Vino a mi boda, todos los días lo tenemos presente con una foto en el vestuario del Nuevo Nalón", apunta.
Ahora, la familia será su prioridad -con otro bebé en camino- y el fútbol pasará por los partidos que su hijo Martín, de cinco años, dispute. "Me pongo más nervioso que cada vez que yo juego".
Apreciado por los técnicos. A lo largo de su carrera, Omar se ha ganado el cariño de sus técnicos. Desde Antonio Rivas, que lo hizo debutar con el Real Oviedo en Tercera -en 2003- hasta el actual, Marcos Suárez. Rivas, que ahora forma parte de la academia del Atlético de Madrid, destaca de Omar que "le tenemos un agradecimiento eterno por dar el paso en un momento difícil. Su comportamiento siempre fue de diez". Javi Gómez, quien fuera su técnico en el Langreo, reconoce que ""es el perfil de jugador que siempre quieres tener en el club, implicado, buena persona y que suma dentro del equipo". Para L'Entregu le reclutó José Antorio Redondo. El que fuera jugador del Sporting le define como "un futbolista trabajador y una persona honrada y extraordinaria; dentro del área era muy fino y muy listo".
Su actual entrenador en el equipo entreguín, Marcos Suárez, dice de Omar Cibeira que "no tengo palabras para definirlo, es un fenómeno que siempre da el nivel en los entrenamientos y humanamente es una persona que nos va a dejar huella".
