Ya no hay marcha atrás. Bale, uno de los fichajes más mediáticos de Florentino Pérez antes de que al presidente del Real Madrid le diera por eso del ahorro y de fichar barato a jóvenes valores, vive sus últimos días en el club blanco. Las lesiones infinitas, el pasotismo, su nula integración en la ciudad y, fundamentalmente, su relación con el técnico galo, hacen imposible que el galés siga una temporada más en el Bernabéu.

El último episodio de un divorcio que se enguarra cada vez más tuvo lugar ayer. Zizou, por segunda jornada consecutiva, dejó fuera de la convocatoria al galés de cara al partido de hoy (18.30 horas, beIN LaLiga) en Anoeta ante la Real Sociedad. "Puede que no hablase o puede que sí, se queda en privado", zanjó el técnico sobre si ya ha trasladado a Bale las intenciones del club merengue, que no son otras que hacer caja con el británico para hacer más llevadera la inversión que la entidad blanca quiere hacer este verano para recomponer una plantilla que lleva semanas de vacaciones tras quedarse fuera de todas las competiciones. Con el que ZZ ya ha hablado es como Marcos Llorente, al que no quiere en el equipo por eso de que es joven y necesita minutos. Así que al centrocampista ya sabe lo que toca.

Mientras, Zidane trata de no hacer del dolor ajeno una virtud blanca. Por eso señala tras el fiasco del Barça en Liverpool que "la eliminación del Barcelona no hace mejor nuestra temporada", aunque haya gente que lo piense. Es más, el francés incluso valora muy positivamente el trabajo realizado por su colega culé Ernesto Valverde, en la cuerda floja tras la eliminación europea en Anfield. El técnico azulgrana, cuyo equipo se medirá hoy ante el Getafe en el Barcelona (18.30 horas, beIN LaLiga) en un partido de trámite para los catalanes, asegura que "me siento con fuerzas para afrontar la situación" y añade que no están los tiempos como para "esconderse debajo de una piedra". Tanto es así, que Valverde se siente respaldado por la directiva, aunque ya suena la música de la escena del apuñalamiento en la ducha de "Psicosis".