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El Hijo De Esther

El mejor no es el mejor

Andábamos los madridistas cabizbajos y meditabundos, sufriendo cada domingo esperando a que la Liga acabara de una puñetera vez para no pasar más sofocones ni vergüenza, y en esto llegó aquello de cómo se dice baño en catalán? y al grito de Liverpool nos hemos venido arriba de forma gloriosa. Todavía hoy, cinco días después del ridículo antológico de los "messinens", seguimos ya no carcajeándonos como el primer días pero con una sonrisa que no desaparece. No se borra la sonrisa ni tras el partido catastrófico que se marcaron ayer los de Zidane en San Sebastián y que solo sirvió para que los de siempre (Marcelo, Isco y Asensio, entre otros) sigan siendo los de siempre y cada vez con más papeletas para irse del Madrid, aunque al final no se irán todos los que deben, ni vendrán todos los que queremos.

Pero, bueno, que pierdo el hilo. Hablaba yo de los cuatro de Liverpool, que como os podéis imaginar ya no son "The Beatles", y me preguntaba si el denominado mejor jugador del mundo, de las 3.000 galaxias y de los Siete Reinos será "Balón de Oro" como decían los culés y los pelotas. Porque el martes solo necesitaba un gol para clasificar al Barcelona para la final, para ser el héroe, y ni se acercó a la portería. Principalmente, en la segunda parte, donde su equipo desapareció y él, el Dios (estoy con Francisco en que es un sacrilegio llamarlo así), se puso a caminar por el campo sin hilvanar jugada o regate que levantara mínimamente el ánimo de los culés. Unos culés que han pasado de decir que iban a celebrar todo en la Cibeles y de afirmar que tienen el mejor equipo del mundo a plantear una lista con más bajas que la del Real Madrid y a querer echar a Valverde después de haberle renovado hace poco.

Todo esto me lleva a otra reflexión: qué difícil es ganar la Champions, pero qué difícil. Y mira tú que el equipo sin planificación, sin estilo de juego y todas esas cosas que decían no solo ha ganado la última sino que ha llevado a sus vitrinas cuatro en cinco años, tres de ellas seguidas. Y eso que, según los valdanistas, segurolistas y demás, el Madrid es poco menos que un guiñapo que solo tiene dinero. Pues sí, debemos tener dinero, pero no nos hemos gastado más de 600 millones en los últimos años para ganar la Champions porque sin gastarlos hemos ganado unas cuantas. Y en el fondo eso es lo que molesta, y molesta mucho.

Resumiendo, que tenemos mucho regocijo y que Marcelo, además de cantar, encima desafina.

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