Cinco salmones vivos donados por los pescadores ya están en el centro ictiogénico de la sociedad de pescadores "Las Mestas del Narcea", en Quintana (Pravia), como ejemplares para la reproducción en ciclo cerrado que permita la repoblación con alevines, conocido como proyecto Arca" El último entró ayer, de 6,5 kilos de peso y 76 centímetros de largo, donado por un pescador de Cantabria que prefiere mantener el anonimato. El colectivo se afana por mejorar el sistema para recibir los salmones y a las 4 cajas instaladas en el Narcea para que los ejemplares esperen dentro del agua su recogida, añadirán tres más. Además, han colocado cámaras subacuáticas en las balsas donde permanecen los ejemplares para su seguimiento.
"Lo que queremos es evitar estresar a los salmones abriendo y cerrando y por eso hemos instalado la cámara, con la que podemos vigilarlos a través de una aplicación móvil", explica Enrique Berrocal, presidente de "Las Mestas del Narcea". Unas imágenes que compartirán con las personas que visiten el centro ictiogénico.
Precisamente ayer le tocó recoger el último salmón cedido a Arca y, de paso, pasó revista a las cuatro cajas colocadas en el río para introducir los salmones mientras llegan los miembros de la sociedad con la cuba oxigenada para su traslado a la piscifactoría. Están ubicadas en Quinzanas, en la orilla del bar, en el coto parcial La Isla, debajo de la pasarela por la margen derecha; la tercera, en el Güeyo por el lado de mosca; y la cuarta, en la cabecera de la tablada entrezarros del coto parcial Quinzanas. Asimismo las tres nuevas jaulas se ubicarán en el pozo La Cerezalina y en la zona de Cornellana, presumiblemente en La Columna y La Llera. Si bien, cuentan con más cajas que serán instaladas en las próximas semanas en otras zonas del Narcea.
"Creemos que el salmón se recupera mejor en la jaula, más tranquilo, y así el pescador no tiene que estar con la sacadera en el río, por lo que facilitamos la cesión de los salmones", explica. Las cajas son situadas cerca de las márgenes del río en zonas con algo de corriente para que los ejemplares reciban el máximo posible de oxígeno. Y en zonas concurridas. "A ver si al ver la jaula, se animan", estamos dando pasos y trabajando para que así sea y si hay algún pescador que duda, que vea la posibilidad de hacerlo, confía Berrocal.
Una vez que son recogidos los ejemplares, bien de la jaula o con unas bolsas de plástico que llenan de agua e introducen al salmón para el traslado a la cuba, son llevados a la piscifactoría de Quintana, donde formarán parte del ciclo cerrado de reproducción y, después, serán soltados de nuevo al río: "Después del desove los recuperaremos en la piscifactoría y no los soltaremos hasta que tengamos plenas garantías de que sobreviven", concluye Berrocal.
