La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Baloncesto

La única victoria posible es decir adiós a Pumarín

El Liberbank Oviedo acaba la campaña con una dura eliminación, pero decidido a dar un paso adelante

Jakstas, en el centro, tras caer eliminados ante el Ourense. MIKI LÓPEZ

El Liberbank Oviedo le dijo adiós a la temporada en Orense, ciudad de poco más de 100.000 habitantes. Lo hizo tras perder tres partidos en un frustrante play-off de ascenso a la ACB cuyo último encuentro se disputó en un pabellón, el Paco Paz, capaz de acoger a 5.500 espectadores. Además de la pista principal, el "Pazo" de Orense tiene una cancha anexa para la cantera y para que juegue su equipo filial, es decir, para que florezca el baloncesto en la ciudad.

El Oviedo, uno de los clubes con un rendimiento más alto de la LEB Oro en los últimos seis años (ha quedado cuarto las cuatro últimas temporadas y ha disputado cinco de los seis últimos play-off de ascenso), que representa a la capital de Asturias, con 220.000 habitantes, y que es la cabeza visible del baloncesto en una región de un millón, se tiene que conformar con diputar sus partidos en un polideportivo que, tras varias reformas, puede acoger a unos 1.500 espectadores. Ni es de recibo ni es razonable.

Una de las reticencias más habituales cuando se habla de la posibilidad de construir un nuevo pabellón en Oviedo es la existencia del Palacio de los Deportes, pero esa maravillosa instalación, con un valor incuestionable, no puede ser una rémora ni un lastre para seguir avanzando. Al margen de que se acometa la construcción de una nueva infraestructura -como se han comprometido a hacer casi todos los candidatos a la alcaldía de Oviedo-, el Palacio necesita y merece una puesta a punto (para ello ha conseguido el Ayuntamiento 3 millones de euros de fondos europeos).

Además, a veces se olvida que allí sí que se hacen cosas, que la pista cubierta de atletismo también se usa; que ahí, entre otros, se ubica un club como el San Mateo de halterofilia que, con Lodario Ramón al frente, hace una labor encomiable y que ha de padecer los rigores del invierno entrenándose a tres grados de temperatura. Todos ellos se merecen poder ejercitarse en un Palacio en condiciones. Si se considera que allí caben todos, también el baloncesto, pues adelante; pero de una manera digna, con un aforo para que el Oviedo Baloncesto pueda ascender a la ACB y respetando a todos los que ahora utilizan el recinto.

A pesar de otra gran temporada, el Oviedo Baloncesto y su afición se quedaron sin poder disfrutar de una fiesta como la que se va a vivir en Bilbao el 1 y 2 de junio con la última plaza de ascenso a la máxima categoría en juego. Pero la gran victoria del Oviedo es la determinación que ha mostrado el club para irse de Pumarín, no acomodarse y dar un paso adelante. ¿Se lo permitirán?

Compartir el artículo

stats