La final de la Champions femenina confirmó que cualquier deporte, practicado por fueras de serie, puede enganchar al espectador más exigente. Es una maravilla ver cómo juega el Olympique de Lyon, con cracks como Ada Hegerber, la Messi de las mujeres. Justificó sobradamente su "Balón de Oro" y fue la nota de distinción de un equipazo. Son la demostración del imparable avance de las mujeres en el fútbol. En España también se nota, pero no tanto como para que el Barça pueda plantar cara a un equipo que no se cansa de ganar y de hacer historia.