Un minuto y 49 segundos. Así lo fijó la UEFA como el tiempo oficial en el que Mohamed Salah batió a Hugo Lloris desde el punto de penalti en la final entre el Liverpool y el Tottenham en el estadio Wanda Metropolitano. Es el segundo más rápido de la historia de las finales de la Liga de Campeones. Sólo lo supera Paolo Maldini, precisamente cuando anotó el 1-0 para el Milan frente al Liverpool en la final de 2005: 51 segundos.