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Crónica de un fracaso

La eliminación del Caudal cierra un curso para el olvido Luis M.ª García, exalcalde de Mieres, posible candidato a presidente del club

Annunziata, Viesca, Prosi, Omar y, al fondo, Luiyi, cabizbajos tras el duelo ante el Viera. J. R. SILVEIRA

El domingo, con el empate a 1 cosechado por el Caudal en el Hermanos Antuña ante el Unión Viera, se consumó el fracaso del último proyecto de Roberto Ardura como presidente del club. La entidad entrará este mes en un proceso electoral a la presidencia al que el empresario no tiene pensado presentarse y en el que aparece en el horizonte la figura del exalcalde de Mieres Luis María García como posible candidato para sustituir a Ardura.

El domingo se puso punto y final a una temporada que comenzó con la ilusión de devolver al club a Segunda B y que ha acabado de la peor manera, confirmando un curso plagado de sinsabores y que concluye con una afición caudalista desilusionada y viendo cómo se continuó con la dinámica negativa de hace dos temporadas, cuando el club perdió la categoría en el año de su centenario sin ni siguiera competir sobre el terreno de juego.

El curso empezó con esperanza. El Caudal contaba con el presupuesto más alto de la categoría, lo que le sirvió para configurar el plantel de mayor calidad del grupo. Una plantilla entrenada por el exjugador Chuchi Collado y con un elenco de futbolistas de nivel de Segunda B para devolver al club a esta categoría.

El equipo, lejos de cumplir estas expectativas, nunca tuvo regularidad. En el verano, la Copa Federación fue el primer fracaso en una edición cuya final se iba a disputar en el Hermanos Antuña y de la que se quedaron fuera. En la competición liguera, el panorama no era mejor. Un doloroso 3-0 ante el Marino en Miramar y, sobre todo, el sonrojante 1-5 que les endosó el Lealtad en Mieres puso en entredicho el proyecto y a Chuchi. El club acabó apostando por la destitución del técnico en noviembre para que volviera al banquillo Miguel Ángel Álvarez Tomé.

El cambio de técnico no fue el revulsivo esperado pese a los brotes verdes del inicio y de la llegada de tres fichajes exóticos en el mercado de invierno, como fueron el dominicano Luiyi, el togolés Abraw y el franco-español Saam. Los encuentros ante los rivales por el título volvieron a demostrar la tremenda irregularidad del equipo. Perdieron en Villaviciosa por 2-1 contra el Lealtad y en Mieres ante el Marino por 0-1 en la confirmación de que la lucha por el título ya no era posible. El ascenso debería llegar por la vía más larga pero, además, la confianza en Tomé se resquebrajó hasta el mes de abril cuando, tras una victoria pírrica ante el Avilés, el leonés fue despedido de manera fulminante.

Restaban seis jornadas y Ardura volvió a recurrir a un cambio de entrenador en busca de reacción. Esta llegó a medias. El equipo, con Simón, acabó sellando el pase a la promoción pero sin brillo. Llegaban los ansiados "play-off" pero, antes, la inestabilidad volvió a aparecer. Dos de los fichajes invernales, Abraw y Saam, dejaron el Caudal ante su escaso protagonismo en una nueva demostración de que el curso iba a ser un esperpento.

El modesto Viera canario fue el rival de una promoción que se inició con empate sin goles en Las Palmas y que acabó sin pena ni gloria. Con un insulso 1-1 en Mieres que confirmaba el final de una campaña triste a la que aún les restan una elecciones que acabarán con la llegada de un nuevo presidente al sillón de mando del Hermanos Antuña.

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