La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El músculo de un histórico Fuenlabrada

Nacho Blanco, fisio ovetense, saca pecho tras el ascenso: "Acabamos como motos"

Por la izquierda, Pablo Clavería, jugador del Fuenlabrada, y el fisioterapeuta ovetense Nacho Blanco, el domingo en el Nuevo Colombino, celebrando el ascenso del club madrileño. F. C. C.

La primera experiencia laboral de altura para el fisioterapeuta ovetense Nacho Blanco (Oviedo, 1993) culminó hace dos días en una fiesta de época que se prolongó hasta por la mañana en la noche sevillana. No era para menos. El Fuenlabrada, club madrileño con 44 años de vida, consiguió el domingo ante el Recreativo de Huelva en el Nuevo Colombino el salto al fútbol profesional (1-4 en el global de la eliminatoria). Blanco, que iba para futbolista -fue una promesa del Oviedo- es el toque asturiano de la hazaña histórica del "Fuenla". Graduado en Fisioterapia y Ciencias de la Actividad Física por la universidad Europea de Madrid, en julio salió a buscarse la vida y picó a la puerta del Fuenla. Le contrataron sin dudar. Antes había hecho prácticas, pero en el club madrileño tuvo su primer cargo de responsabilidad en una carrera que el año que viene seguirá en el fútbol profesional.

Blanco desgrana la metodología de trabajo del Fuenlabrada, uno de los factores que explican el éxito de un club humilde que desembarca en Segunda. La preparación física -ahí saca pecho el ovetense, "acabamos como motos"- ha sido un punto clave en el ascenso. "Todo está calculadísimo. José Luis Estévez (readaptador) es un referente en el sector. El cuerpo técnico y el médico nos reunimos todas las mañanas para abordar cada entrenamiento. Tenemos informes individualizados de cada jugador, con su parte de prevención correspondiente. Acabamos la eliminatoria ante el Recreativo en un punto óptimo. En el primer partido íbamos 0-0 al descanso y en la segunda parte les metimos tres. Ahí se ve la importancia del factor físico", explica el ovetense.

A Blanco, que antes de formarse jugó en el Juventud Estadio, Oviedo y Siero, le llamó la atención la fisioterapia tras una grave lesión de tobillo cuando jugaba en el División de Honor del club azul. "Me trató Gabri (actual fisio del Oviedo). Me di cuenta de lo importante que es. Dejé el fútbol, pero me seguí empapando. Los jugadores del Fuenla me vacilan, ¡dicen que vine para subir!", explica Blanco, que el año que viene visitará estadios ilustres como el Tartiere o El Molinón. "Es la mayor ilusión del mundo, aunque será raro sentarme en banquillo visitante del Tartiere como fisio". El ovetense destaca la calidad humana de los futbolistas del Fuenla, "te tratan como uno más, la psicología es muy importante", entre los que se encuentran dos jugadores con pasado asturiano, Hugo Fraile (tres temporadas en el Sporting) y Juanma Marrero (dos en el Oviedo, goleador el domingo en el Nuevo Colombino, 1-1).

Compartir el artículo

stats