"Era un delantero nato. Un gran rematador de cabeza y un excelente compañero". Las palabras pertenecen a Emiliano Barbas, histórico jugador del Real Avilés, se refiere a Ángel Colunga, con el que comparte la misma vitola en el fútbol comarcal. El ex de Avilés, Ensidesa y Llaranes falleció tras una larga enfermedad la semana pasada. Con su muerte a los 82 años se fue uno de los artilleros más prolíficos de la comarca avilesina durante la década de los sesenta y setenta.
Marcó 177 goles en 253 partidos. Cuentan los que le conocieron que tuvo sus ofertas para salir de Avilés, pero que las declinó. Maestro en Ensidesa, coincidió en el conjunto fabril con Enrique Castro, Quini, delantero del Sporting, Barça y selección. Natural de Villanueva, la capital del concejo de Santo Adriano, pasó en categoría absoluta por el Llaranes, el Avilés y el Ensidesa.
Se formó en el Real Juvencia. Cuentan las crónicas de la época, que una dolencia cardiaca casi le obliga a retirarse antes de tiempo. No fue así. Llegó al Llaranes, aunque tuvo un breve paso por el Carbayedo. Fuera de la comarca militó en el Praviano, volvió al Juvencia y estuvo en L'Entregu. Firmó por el Real Avilés en 1960. En la entidad del Suárez Puerta estuvo también la temporada 1964-1965 y 1965-1966.
En total, marcó 177 goles, muchos de ellos de cabeza. "Era un tipo muy cercano. Con sus bondades y algunas maldades que nos hacía a los novatos. Pero ayudó mucho a la gente joven", destaca Barbas. Habitual de las cenas de veteranos, se despide un jugador histórico para el fútbol de Avilés.
